La llegada del Año Nuevo suele estar asociada a rituales destinados a atraer la buena suerte, el dinero o el amor; sin embargo, algunas de estas prácticas han encendido la alerta de las autoridades por su impacto negativo sobre la fauna silvestre. El uso de animales como el cuy negro y el quirquincho o armadillo andino en ceremonias esotéricas ha provocado un incremento en la extracción ilegal de especies protegidas en distintas regiones del país.
Más de 10 mil animales extraídos ilegalmente
De acuerdo con información del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), en los últimos dos años se han registrado 10.113 especímenes de fauna silvestre extraídos de manera ilegal para ser utilizados en rituales de Año Nuevo. Esta cifra refleja un crecimiento sostenido de esta práctica, que representa una amenaza directa para la biodiversidad y el equilibrio de los ecosistemas.
El especialista en conservación de fauna silvestre de Serfor, Víctor Vargas, advirtió que muchos de estos animales son retirados de su hábitat natural en bosques, desiertos y zonas altoandinas, especialmente en el sur del país.
Captura y traslado en condiciones inhumanas
Según explicó Vargas, especies como el quirquincho son capturadas principalmente en zonas de Puno y trasladadas en baldes o jaulas improvisadas hacia centros urbanos, donde son comercializadas para rituales. Estas condiciones de transporte provocan estrés extremo y la muerte de varios ejemplares incluso antes de llegar a su destino final.
El funcionario señaló que esta práctica constituye no solo un delito ambiental, sino también un caso de maltrato animal, al someter a los animales a sufrimiento innecesario con fines ajenos a la subsistencia o conservación.
Oferta de rituales y chamanería
Las autoridades han identificado que la extracción ilegal de animales está vinculada a la creciente oferta de servicios de chamanería, especialmente en temporadas cercanas a fin de año. Estos rituales prometen éxito en los negocios, estabilidad emocional o protección espiritual, utilizando animales silvestres como ofrendas.
Serfor advirtió que la comercialización de estas especies está prohibida por la legislación vigente y puede acarrear sanciones administrativas y penales para quienes participen en su captura, transporte o uso.
Creencias y cuestionamiento ético
Desde una perspectiva cultural, el antropólogo Alex Huerta Mercado señaló que estas prácticas responden más a creencias mágicas que religiosas. Indicó que, si bien forman parte de ciertas tradiciones, pueden y deben ser cuestionadas cuando entran en conflicto con valores superiores de la sociedad, como la protección de la vida y el respeto al ecosistema.
Huerta advirtió que la proliferación de estos rituales ha llevado al quirquincho a una situación crítica, acercándolo al peligro de extinción, lo que refuerza la necesidad de replantear estas costumbres desde una mirada ética y de responsabilidad ambiental.
Llamado a la protección de la biodiversidad
Serfor reiteró su llamado a la ciudadanía para evitar participar en rituales que impliquen el uso de animales silvestres y denunciar cualquier caso de tráfico ilegal. Las autoridades recordaron que la protección de la biodiversidad es una responsabilidad compartida y que existen alternativas simbólicas que no implican daño a la fauna.
En el marco de las celebraciones de Año Nuevo, las entidades ambientales intensificarán las labores de fiscalización y sensibilización para prevenir delitos contra la fauna silvestre y promover prácticas respetuosas con el medio ambiente.