Perú en alerta preventiva: la primera respuesta oficial
La Dirección de Hidrografía y Navegación de la Marina de Guerra del Perú (DHN) confirmó este lunes que el fuerte terremoto de magnitud 7,6 registrado frente a la costa este de Japón no genera tsunami para el litoral peruano, aunque se ha activado un protocolo de vigilancia reforzada por tratarse de un evento mayor ocurrido dentro del Cinturón de Fuego del Pacífico.
En un lapso de menos de una hora, la DHN emitió tres comunicados consecutivos para informar a la ciudadanía sobre la evolución del sismo registrado a 73 km al este-noreste de Misawa, Japón. El organismo precisó que, aunque la magnitud fue considerable, las características del evento sísmico —incluyendo su profundidad y ubicación— descartan cualquier impacto sobre la costa peruana.
La pregunta inmediata que surge ante este tipo de escenarios es clara: ¿qué tan preparado está el Perú para responder a un tsunami generado en otro punto del Pacífico? La actuación temprana de la DHN vuelve a colocar en agenda el nivel de articulación, la capacidad de alerta temprana y la percepción de riesgo de la población.
Tres reportes, un mismo mensaje: no hay peligro para el litoral
Los reportes difundidos por la entidad especializada en el monitoreo del mar fueron precisos. A las 09:15, la DHN emitió su primer aviso con la etiqueta “SE INTENSIFICA VIGILANCIA”, señalando que el sismo preliminar de 7,6 Mw había sido registrado por el USGS y se analizaba su potencial impacto oceánico.
Posteriormente, el organismo emitió un segundo reporte con las características del evento:
- Magnitud: 7.6 Mw
- Referencia: 73 km ENE de Misawa, Japón
- Profundidad: 53.06 km
- Fuente: USGS
Minutos después, la institución publicó un tercer aviso con el mensaje “NO GENERA TSUNAMI EN EL LITORAL PERUANO”, descartando riesgo alguno para las comunidades costeras del país.
Además, la entidad informó de un segundo sismo relacionado, de 5,5 Mw, también registrado frente a la costa japonesa, sin implicancias para el territorio nacional.
La precisión en los reportes responde a un protocolo que el Perú ha reforzado en los últimos años: comunicar en tiempo real, diferenciar los niveles de alerta y mantener vigilancia constante durante varias horas posteriores a un sismo mayor. En un país con más de 3 000 km de costa, esta capacidad resulta vital.
Por qué un sismo en Japón puede preocupar al Perú
Aunque la distancia entre Perú y Japón supera los 15 mil kilómetros, ambos países comparten un espacio geológico común: el Pacífico. La conexión entre fallas tectónicas hace que un sismo de gran magnitud en la región asiática pueda generar ondas oceánicas que, en teoría, podrían viajar por todo el océano.
Por ello, cada evento mayor ocurrido en esta zona activa inmediatamente protocolos de monitoreo. La pregunta que se repite cada vez que un terremoto fuerte ocurre en el Pacífico es inevitable:
¿podría un tsunami generado en Japón llegar a las costas peruanas?
La respuesta técnica es que sí es posible en eventos excepcionales, pero depende de múltiples condiciones: la profundidad del sismo, la dirección de la ruptura, el desplazamiento del fondo marino y la energía transferida al océano. En este caso, ninguno de esos factores alcanzó niveles que justifiquen un aviso de alerta para el Perú.
El rol del Perú en la vigilancia del Pacífico
El país forma parte del Sistema Internacional de Alerta de Tsunamis del Pacífico, una red que integra información de sismógrafos, boyas, mareógrafos y modelos predictivos distribuidos a lo largo de todo el océano. La DHN, como autoridad técnica nacional, recibe en tiempo real estos registros y evalúa si corresponden a una alerta, un aviso preventivo o un mensaje informativo.
En esta ocasión, la institución optó por activar una “vigilancia intensificada”, un nivel intermedio que implica seguimiento constante sin necesidad de emitir una alerta formal. El sistema es crucial porque permite actuar sin generar pánico innecesario pero sin descuidar la eventual evolución del evento.
El proceso incluye comunicación directa con Indeci, gobiernos regionales y centros de operaciones de emergencia locales, además de monitoreo de boyas y niveles de marea en todo el litoral peruano.
Mientras tanto en Japón: alerta de tsunami y evacuaciones
Mientras el Perú mantenía seguimiento, Japón enfrentaba directamente los efectos del terremoto. La Agencia Meteorológica de Japón (JMA) emitió una alerta de tsunami para Hokkaido y Tohoku, con previsión de olas de hasta tres metros. La primera ministra Sanae Takaichi ordenó evacuaciones inmediatas, activación de refugios y difusión masiva de información.
Sin embargo, aunque el contexto internacional es relevante, lo central para el Perú este lunes fue la claridad del mensaje: no hay riesgo de tsunami en territorio nacional.
Lecciones para el Perú ante eventos en el Pacífico
El movimiento ocurrido frente a Misawa vuelve a poner sobre la mesa la importancia de la educación en prevención. Incluso cuando no exista riesgo, estos episodios son recordatorios de la necesidad de:
- Conocer las rutas de evacuación,
- Identificar zonas seguras en caso de tsunami,
- Comprender cómo funciona la alerta oficial,
- Evitar la difusión de rumores o avisos no verificados.
El Perú ha vivido episodios traumáticos por falta de información o por interpretaciones erróneas. La claridad de la DHN en esta ocasión refuerza la idea de que el país ha avanzado, pero también que la cultura preventiva debe continuar fortaleciéndose.
Vigilancia activa, riesgo descartado
Hasta el cierre de esta nota, la DHN mantiene monitoreo oceánico reforzado, sin variaciones en el nivel del mar ni condiciones que permitan anticipar un evento inusual. El fuerte sismo en Japón queda como un hecho de interés internacional, pero sin consecuencias para el Perú.
La institución reiteró que cualquier actualización será difundida a través de sus canales oficiales.