La diplomacia europea vuelve a poner los ojos en el Perú. Después de varios años sin presencia plena, el Reino de Suecia anunció oficialmente que reabrirá su embajada en Lima en 2026, un movimiento que consolida el relanzamiento de su política exterior en Sudamérica y que reconoce la importancia geopolítica y económica del mercado peruano. La noticia fue confirmada por la ministra de Asuntos Exteriores sueca, Maria Malmer Stenergard, durante una comunicación con el canciller peruano, Hugo de Zela.
El anuncio llega en un momento de redefinición internacional, en el que los países nórdicos apuestan por ampliar su alcance diplomático en regiones donde buscan aliados estables, mercados emergentes y socios en materia ambiental, tecnológica y de seguridad. Para Perú, la decisión representa un espaldarazo político en un contexto de recomposición institucional y necesidad de nuevos socios comerciales.
Un retorno diplomático en un año simbólico
Suecia no eligió un año cualquiera para su regreso. La reactivación de su sede diplomática coincidirá con el 170 aniversario de relaciones bilaterales, una efeméride que el próximo año buscará ser celebrada con una agenda de eventos, cooperación, visitas oficiales y anuncios conjuntos.
¿Por qué Suecia decidió volver ahora?
Los diplomáticos suecos sostienen que el Perú se ha consolidado como un socio confiable en Sudamérica, con un compromiso con la gobernabilidad democrática, el multilateralismo y la promoción del comercio basado en reglas. Esto, sumado a la creciente presencia de empresas suecas en territorio peruano, convierte a Lima en una plaza estratégica para la expansión de inversiones y proyectos conjuntos.
La decisión también se alinea con la reciente apertura en noviembre de Business Sweden, la oficina comercial —de naturaleza público-privada— encargada de promover negocios suecos en mercados emergentes. La embajada será el siguiente paso para reforzar la institucionalidad diplomática y facilitar el aterrizaje de nuevas inversiones.
Un vínculo histórico con mirada moderna
Aunque la presencia diplomática sueca ha tenido pausas, la relación bilateral nunca se interrumpió del todo. Perú y Suecia mantienen un diálogo de alto nivel constante y comparten una visión común sobre los desafíos globales.
La reapertura de la embajada permitirá profundizar una agenda que ya se encuentra en desarrollo, con intereses en materia de:
- Crecimiento económico sostenible
- Tecnología y energías limpias
- Innovación industrial
- Seguridad y defensa
- Cooperación ambiental y cambio climático
Suecia es reconocida por su modelo de desarrollo verde, por su liderazgo en energías renovables y por ser uno de los países con mayor inversión en investigación e innovación. Perú, por su parte, es un mercado atractivo para empresas de infraestructura, maquinaria, transporte y minería responsable.
Empresas suecas: 80 años de presencia silenciosa pero sólida
Uno de los factores decisivos para el retorno diplomático es la importante presencia empresarial sueca en el Perú. Compañías como ABB, Ericsson, Volvo, Scania, Atlas Copco y otras han operado durante décadas en sectores estratégicos como energía, telecomunicaciones, transporte y maquinaria industrial.
Varias de estas empresas tienen más de ochenta años en el país, lo que convierte al Perú en uno de los destinos más estables para la inversión nórdica en la región. La embajada permitirá ahora generar un entorno más favorable para la expansión comercial, la resolución de trámites y la llegada de nuevas compañías.
¿Qué implica esto para la economía peruana?
Mayor competencia tecnológica, potencial de industrialización, capacitación técnica y acceso a innovación sostenible, especialmente en áreas vinculadas al desarrollo verde, uno de los pilares suecos en política exterior.
Alianzas globales: OCDE, multilateralismo y agenda ambiental
El retorno sueco también tiene una lectura geopolítica. Lima es vista como un socio clave en foros internacionales, especialmente por su compromiso con el sistema multilateral y su interés en ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Suecia ha sido uno de los países que más ha respaldado públicamente el proceso de adhesión del Perú, apostando por la modernización institucional y las reformas regulatorias necesarias para fortalecer el Estado.
Además, ambos países comparten posiciones comunes en la agenda ambiental global:
- defensa de los bosques
- lucha contra el cambio climático
- impulso a la conservación amazónica
- políticas de descarbonización
Estos puntos facilitarán que la cooperación se expanda hacia nuevos proyectos.
Más allá de la diplomacia: seguridad y defensa en la agenda
Un aspecto menos visible, pero clave, es la cooperación en seguridad y defensa. Suecia es uno de los países con mayor industria militar tecnológica de Europa, con desarrollos en radar, vigilancia aérea, ciberseguridad y equipamiento para fuerzas armadas.
El fortalecimiento de la relación bilateral abre la puerta a proyectos conjuntos, asistencia técnica y modernización de capacidades, en un momento en que el Perú busca mejorar su capacidad defensiva y actualizar sus sistemas estratégicos.
Un 2026 decisivo: ¿qué puede esperar el Perú?
El regreso de la embajada sueca ofrece al Perú una oportunidad para diversificar aliados, atraer inversiones y reforzar su presencia en foros globales. También permitirá agilizar trámites consulares y diplomáticos que, hasta ahora, eran gestionados desde otros países.
La reapertura es más que un gesto protocolar: es una apuesta política, económica y estratégica de largo aliento.