Vizcarra reafirma que no buscará asilo y enfrentará sentencia por el caso Moquegua

El expresidente insiste en su inocencia y asegura que acudirá a la lectura de sentencia, en un proceso donde la Fiscalía solicita 15 años de prisión por presuntas coimas.

por Edgar Mandujano

A pocos días de conocerse la sentencia por uno de los casos más emblemáticos de presunta corrupción regional, Martín Vizcarra volvió a rechazar categóricamente las acusaciones en su contra y aseguró que no recurrirá a ningún mecanismo para evadir la justicia. El exmandatario, investigado por supuestas coimas durante su gestión como gobernador de Moquegua (2011-2014), reiteró que estará presente el próximo miércoles 26 de noviembre en la audiencia de lectura de sentencia, en la cual la Fiscalía ha solicitado 15 años de prisión.

En una entrevista para el programa Las cosas como son de RPP TV, Vizcarra sostuvo que el juicio oral ha demostrado que “no cometí ningún acto delictivo”, y que las obras cuestionadas —el proyecto Lomas de Ilo y el Hospital de Moquegua— fueron investigadas en distintas instancias años antes, sin que se encontrara irregularidad alguna. La defensa del exjefe de Estado insiste en que los señalamientos surgieron recién cuando asumió el Ministerio de Transportes durante el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski.


¿Qué sostiene Vizcarra sobre las acusaciones de coimas?

El expresidente argumenta que los cuestionamientos actuales no se sustentan en hechos reales, sino en el testimonio tardío de exejecutivos y funcionarios que, según afirma, antes validaron la correcta ejecución de las obras. “Los mismos funcionarios que hoy me acusan dijeron antes que todo estaba bien”, remarcó.

Pero la interrogante que marcará la sentencia es clara: ¿existieron pagos ilícitos de parte de ICCGSA y Obrainsa? Estas empresas, imputadas dentro del caso Club de la Construcción, lo señalan como receptor de sobornos. Vizcarra niega tajantemente esa versión y recuerda que fue él mismo quien denunció públicamente el esquema de colusión entre constructoras que inflaban presupuestos y se repartían licitaciones.

“Yo soy el que denuncia, no hay nadie más”, enfatizó. Según detalló, esta red de corrupción operó durante más de una década, incluyendo los gobiernos de Ollanta Humala y Alan García, generando sobrecostos estimados en 8 % del presupuesto de cada obra pública adjudicada.


El rol de UNOPS y la defensa técnica del exmandatario

Vizcarra recordó que la selección de las empresas para las obras de Moquegua estuvo a cargo de UNOPS, lo que —según su defensa— garantiza un proceso de contratación técnico y transparente. “Ellos elaboran las bases, reciben consultas, calculan el costo de mercado y adjudican al mejor postor”, explicó.

En ese marco, Vizcarra sostiene que no tuvo injerencia directa en la designación de los contratistas ni en la suscripción de contratos, que fueron firmados por funcionarios del Proyecto Pasto Grande (para Lomas de Ilo) y del área administrativa regional (para el Hospital de Moquegua). Para el exmandatario, esto demuestra que la acusación no se sostiene: ¿cómo se puede imputar negociación incompatible si no participó en los procesos decisorios?

La Fiscalía, sin embargo, considera que sí existen elementos que permiten inferir un vínculo entre el exgobernador y las presuntas entregas ilícitas realizadas por ICCGSA y Obrainsa, ambas hoy en procesos por graves casos de corrupción.


“No me voy a asilar, no voy a fugar”: la promesa antes del veredicto

El contexto político agrega una capa más de tensión. La reciente ola de asilos y controversias diplomáticas ha puesto bajo escrutinio la conducta de exautoridades procesadas. Vizcarra, en ese escenario, buscó despejar cualquier duda sobre su accionar. “He dicho desde un principio: no me voy a asilar, no voy a fugar. Siempre voy a dar la cara”, subrayó.

Su declaración llega en un momento particularmente relevante: la lectura de sentencia está programada para el miércoles 26 de noviembre a las 9:00 a. m. y definirá su situación jurídica tras varios años de investigación y un juicio oral de amplio seguimiento público. Vizcarra enfatizó que ha asistido a todas las citaciones judiciales y que volverá a hacerlo el día de la sentencia: “Estaré en el Poder Judicial, como siempre lo he hecho”.

La duda clave es inevitable: ¿qué ocurrirá si la sentencia resulta condenatoria? El exmandatario ha evitado especular, pero sus abogados han adelantado que, de ser necesario, recurrirán a las vías impugnatorias correspondientes.


Un proceso que marcó la política reciente

El caso Moquegua es uno de los expedientes más importantes vinculados a la etapa previa a la llegada de Vizcarra a la presidencia. Su investigación se entrelaza con otros procesos por corrupción que marcaron la década, entre ellos el Club de la Construcción, que destapó licitaciones manipuladas, pagos ilícitos y redes de intereses que atravesaron distintos gobiernos.

La posible condena o absolución de Vizcarra tendrá repercusiones en la escena política y en el balance público sobre la lucha anticorrupción. Para un sector, su denuncia en 2016 lo coloca como detonante del proceso que permitió desarticular parte del esquema mafioso; para otro, su participación en Moquegua lo convierte en un actor más dentro de esa misma red.

Mientras la ciudadanía espera una sentencia que podría definir la trayectoria futura del exmandatario, Vizcarra mantiene su narrativa: que el juicio ha despejado dudas y que su inocencia quedará demostrada. La Corte tendrá la última palabra.

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