El sorprendente ascenso profesional de Stephany Vega, asesora de confianza del presidente del Congreso, José Jerí, ha encendido debates importantes sobre su trayectoria en el ámbito público.
Desde su ingreso al Parlamento en 2021, su carrera ha estado marcada por un aumento significativo en sus ingresos y adquisiciones patrimoniales, lo que plantea interrogantes sobre la legitimidad de su progreso. Según informes, su salario aumentó de 1,500 a más de 16,000 soles en tan solo cuatro años.
Vega, quien inició como asistente del congresista José Jerí, mostró una excepcional trayectoria salarial con notable rapidez. En los años de su ascenso, fue promovida a la Comisión de Presupuesto, donde su remuneración se incrementó a 5,000 soles. Para el año 2025, se reveló que sus ingresos mensuales superan los 16,000 soles. Esta escalada ha llevado a una serie de preguntas acerca de su influencia dentro del entorno político, especialmente considerando su cercanía al presidente del Congreso.
Un patrimonio en aumento
Los reportes señalan que entre 2023 y 2025, Stephany Vega no solo aumentó su patrimonio, sino que realizó adquisiciones sorprendentes. Compró un Audi y un BMW, este último valorado en 60,000 soles, pagado al contado. Además, adquirió un departamento con cochera valorizado en 120,000 dólares, también cancelado al contado, generando escepticismo sobre el origen de sus fondos.
Vega defendió sus adquisiciones mencionando que las compras de vehículos son parte de un patrón de consumo que ha mantenido desde sus 20 años. “Desde los 20 años tengo autos de alta gama. Se vende la camioneta y utilizo el dinero para comprar el siguiente carro”, afirmó durante una entrevista.
En cuanto al departamento, Vega explicó que corresponde un 50% de la propiedad, es decir, 60,000 dólares, aclarando que financió la compra a través del retiro de su AFP, ahorros acumulados y un préstamo personal familiar, todo debidamente bancarizado. Este tipo de explicaciones busca despejar las dudas sobre la capacidad económica, que algunos críticos consideraron inverosímil.
Inversiones y nuevas empresas
En el marco de su crecimiento económico, Vega también inició un negocio, un bar en Miraflores, que, según ella, incursiona en un mercado complicado. Pese a que el alquiler mensual asciende a 6,000 dólares y el local no ha mostrado resultados comerciales satisfactorios, ella no considera la inversión como algo sospechoso. “Yo tengo una sociedad. No puedo afirmar que sea un local exitoso, estamos ajustando”, añadió.
Incluso surgieron inquietudes sobre sus asociadas en el negocio, gemelas de 18 años que, según Vega, han transferido sus acciones a otra socia. Esto agrega otra capa de complejidad y curiosidad sobre el funcionamiento del bar y la relación comercial que mantiene con esas jóvenes.
Al enfrentar objeciones sobre su rápido ascenso y sus adquisiciones disputadas, Vega reafirmó su compromiso con el trabajo honesto. “He ganado cada mérito laboral, lo he sudado. Todo ha sido bancarizado y puedo demostrarlo”, declaró, reafirmando que no teme a una investigación por parte de la fiscalía o el Poder Judicial.
En un contexto donde las decisiones políticas se ven cada vez más ligadas a la transparencia y la ética, la figura de Stephany Vega continúa siendo objeto de atención y análisis. Su respuesta a las acusaciones y su defensa activa de su carácter profesional son solo el inicio de una problemática que podría tener ramificaciones más amplias en el futuro cercano.