Después de 40 días de parálisis, Washington podría estar cerca de poner fin al shutdown más largo de la historia. Durante la madrugada del domingo al lunes, varios medios internacionales informaron sobre un posible acuerdo en el Senado de Estados Unidos que permitiría una financiación temporal del gobierno hasta el 30 de enero de 2026.
El proyecto de ley —de apenas 31 páginas— fue aprobado con 60 votos a favor y 40 en contra, una mayoría significativa que incluyó apoyo demócrata. El texto deberá ahora pasar por la Cámara de Representantes antes de convertirse en ley.
La sola expectativa de ese desenlace bastó para que los mercados encendieran la luz verde. El semáforo bursátil cambió de “risk-off” a “risk-on”, y los futuros de Wall Street reaccionaron con entusiasmo: el Nasdaq Mini subía más de 300 puntos antes de la apertura.
En el contexto global, el optimismo se contagió rápidamente: en Asia-Pacífico, casi todos los índices cerraron al alza —con la única excepción del STI de Singapur—. El Kospi de Seúl lideró las subidas con un salto superior al 3 %, seguido por el Nikkei 225 de Tokio y el Hang Seng de Hong Kong, ambos con avances de más del 1 %.
De la aversión al riesgo al apetito por riesgo
La posibilidad de un acuerdo fiscal en Estados Unidos redujo la tensión en los mercados y fortaleció el apetito por activos de riesgo. El Dow Jones y el S&P 500 apuntaban a una apertura sólida, mientras que el oro y las criptomonedas se movían en direcciones divergentes pero igualmente significativas.
El oro registró un aumento cercano al 2 %, impulsado por la expectativa de que una nueva extensión del gasto público —aunque temporal— implique más endeudamiento y, por tanto, un dólar más débil.
Por su parte, Bitcoin y Ethereum también avanzaron, beneficiados por el giro hacia un entorno de mayor liquidez y optimismo. El apetito por riesgo volvió a dominar la narrativa de la semana.
El caso Hannover Rück: ganancias y ambición
En Europa, la jornada estuvo marcada por los resultados de Hannover Rück, la segunda reaseguradora más grande del continente. La compañía alemana reportó sus cifras al cierre del tercer trimestre de 2025 y los resultados de los primeros nueve meses del año.
El ingreso bruto por primas se mantuvo prácticamente estable, pasando de 19.701 millones de euros en 2024 a 19.711 millones en 2025. Sin embargo, el beneficio neto creció un 7,7 %, hasta 1.965 millones de euros, y el beneficio por acción subió de 15,13 a 16,29 euros.
La rentabilidad del capital (ROE) cayó ligeramente de 22,9 % a 22,0 %, y la rentabilidad de las inversiones bajó de 3,1 % a 2,8 %, afectada por los tipos de interés.
Lo que más entusiasmó al mercado fue el aumento de su meta de beneficios: la compañía elevó su objetivo anual a 2.600 millones de euros y anticipó un resultado de al menos 2.700 millones para 2026.
El mensaje de Hannover Rück fue claro: solidez, disciplina y crecimiento prudente en un entorno todavía dominado por la incertidumbre geopolítica y el ajuste monetario.
Un inicio de semana con aire renovado
El clima general cambió. La expectativa de un acuerdo en Washington, sumada a los buenos resultados corporativos en Europa y al rebote asiático, marcó el inicio de una semana de alivio para los mercados globales.
Después de semanas de volatilidad y desconfianza, los inversores parecen volver al modo “risk-on”. Pero, como suele ocurrir, el verdadero desafío será comprobar cuánto dura este optimismo.
Dirk Friczewsky – analista de ActivTrades.
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