Una nueva controversia sacude al Congreso de la República. Un informe dominical de Panorama reveló que Aldahir Nilton Zevallos Pachau, pareja sentimental de la congresista Kelly Portalatino, registra frecuentes ingresos al Parlamento y pasa varias horas dentro de su despacho, pese a no tener vínculo laboral formal con el Legislativo. El hecho adquiere mayor gravedad al conocerse que Zevallos fue sentenciado a prisión en 2017 por robo agravado, un antecedente que pone en entredicho la transparencia y seguridad dentro del hemiciclo.
Un antecedente criminal que vuelve al centro del debate
De acuerdo con la investigación periodística, Zevallos Pachau, de 29 años, fue detenido junto a cuatro cómplices en 2017 por asaltar a un taxista en Huancayo. La víctima fue retenida en la maletera de su vehículo mientras era amenazada con un arma de fuego. Tras su captura, el Poder Judicial lo condenó a cinco años de prisión efectiva, pena que ya cumplió.
Sin embargo, su reincorporación al entorno político, y en especial al Congreso de la República, reabre un debate sobre los criterios de acceso a espacios institucionales y el uso de los recursos públicos por parte de los legisladores. El reportaje detalla que el joven aparece en registros de ingreso y salida durante julio y agosto, con permanencias de hasta jornadas completas en el despacho de Portalatino.
Portalatino: “Ya pagó por sus errores”
Frente a la revelación, la congresista Kelly Portalatino, integrante de Perú Libre, no negó la relación sentimental ni las visitas de Zevallos, y defendió su decisión de permitirle el acceso al Parlamento. “Él ya cumplió su condena. No considero que sus antecedentes sean delitos, sino errores humanos”, declaró.
Según Portalatino, la presencia de su pareja en su despacho responde a una cuestión de “confianza personal” y no implica participación en actividades parlamentarias. Sin embargo, hasta el momento no ha precisado qué funciones o tareas habría realizado Zevallos dentro de la oficina, lo que genera dudas sobre un posible uso indebido de instalaciones del Congreso.
Cuestionamientos éticos y de seguridad en el Parlamento
El exoficial mayor del Congreso, José Cevasco, calificó el hecho como un “exceso” en el uso del despacho congresal, recordando que se trata de un espacio asignado exclusivamente para fines institucionales. “Estas personas, que han cometido un delito, pueden responder ante la justicia; sin embargo, su presencia genera un halo de incertidumbre sobre lo que podría ocurrir en las instalaciones del Congreso. Representa un riesgo tanto para quienes se encuentran a su alrededor como para la institución”, advirtió.
Expertos en administración pública coinciden en que permitir el acceso reiterado de una persona sin contrato ni función oficial, y además con antecedentes penales, constituye una falla de control interno por parte de la Oficina de Seguridad del Parlamento. En otros entes estatales, una situación similar sería objeto de sanción o investigación interna inmediata.
El entorno político y los nexos con Perú Libre
La controversia estalla en un momento en que Portalatino había anunciado su retorno a las filas de Perú Libre, luego de haber abandonado el partido hace unos meses. “Reconozco que mi salida fue precipitada”, declaró recientemente, buscando recomponer su vínculo con el grupo liderado por el prófugo Vladimir Cerrón.
De acuerdo con el reportaje, Zevallos habría expresado interés en incursionar en política dentro de la misma organización. En redes sociales circulan videos donde aparece en actividades partidarias y spots publicitarios de Perú Libre, lo que alimenta la hipótesis de que su presencia en el Congreso podría responder también a intereses políticos futuros más que a simples visitas personales.
Preguntas abiertas y posibles consecuencias
El caso de Kelly Portalatino reaviva el debate sobre la ética parlamentaria y los límites del poder personal dentro de las instituciones públicas. Si bien la congresista no ha infringido, en apariencia, una norma específica del reglamento interno, el hecho de permitir la entrada frecuente de una persona con antecedentes de robo agravado podría ser interpretado como una vulneración al principio de probidad que rige la función pública.
Hasta el momento, la Oficina de Seguridad del Congreso no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre las condiciones de acceso ni sobre si se investigará la cadena de ingresos de Zevallos Pachau. Por su parte, la bancada de Perú Libre no ha deslindado públicamente de su legisladora.
La imagen del Congreso, nuevamente cuestionada
Este nuevo episodio se suma a la lista de escándalos éticos y de gestión que en los últimos meses han golpeado la imagen del Legislativo. Desde denuncias por contratación irregular hasta conflictos internos, el Parlamento sigue enfrentando una crisis de credibilidad ante la ciudadanía.
Mientras tanto, la presencia del novio de Portalatino en las instalaciones del Congreso, pese a su pasado criminal, deja en evidencia las debilidades en los mecanismos de control y transparencia de la institución más cuestionada del país.