Salida en medio de crisis diplomática
La Superintendencia Nacional de Migraciones confirmó la noche del sábado que Karla Tatiana Ornelas Loera, encargada de negocios de la Embajada de México en Lima, abandonó el territorio nacional. La funcionaria mexicana realizó su control migratorio de salida, cumpliendo así con la disposición oficial del Gobierno peruano emitida días atrás.
La salida de Ornelas se da en el contexto de la ruptura de relaciones diplomáticas entre Perú y México, anunciada por el presidente José Jerí el pasado 3 de noviembre, luego de que el Gobierno mexicano otorgara asilo diplomático a la ex primera ministra Betssy Chávez, procesada por su participación en el intento de golpe de Estado de Pedro Castillo en diciembre de 2022.
Ultimátum del Ejecutivo peruano
El presidente Jerí informó públicamente que la representante mexicana fue notificada por el canciller Hugo de Zela sobre un “plazo perentorio” para abandonar el país, tras lo cual la Cancillería formalizó el rompimiento de relaciones bilaterales.
El Ministerio de Relaciones Exteriores explicó que esta medida responde a “actos inamistosos” del Gobierno mexicano, así como a las reiteradas declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador y su sucesora, Claudia Sheinbaum, consideradas como intervenciones en los asuntos internos del Perú.
El asilo a Betssy Chávez y la respuesta del Perú
El detonante de la crisis fue la decisión de México de conceder asilo diplomático a Betssy Chávez, quien permanece en la sede diplomática mexicana en Lima desde fines de octubre. Chávez afronta un proceso judicial por rebelión y conspiración, tras haber participado en el fallido intento de Pedro Castillo por disolver el Congreso.
El Gobierno peruano, a través de un comunicado oficial, indicó que no emitirá salvoconducto alguno para permitir su salida del país, argumentando que la exfuncionaria no califica como perseguida política y que su caso se encuentra en proceso ante el Poder Judicial.
México lamenta decisión, pero mantiene su posición
Fuentes diplomáticas en Ciudad de México señalaron que la Secretaría de Relaciones Exteriores lamenta la decisión peruana, aunque mantiene firme su política de asilo como “tradición humanitaria” del Estado mexicano.
Mientras tanto, en Lima, analistas en relaciones internacionales consideran que la ruptura marca uno de los momentos más tensos en la historia reciente de la diplomacia peruano-mexicana, y advierten que podría afectar los vínculos comerciales y consulares entre ambos países.