La congresista Rosangella Barbarán, integrante de Fuerza Popular, respondió con molestia a la ola de críticas generadas por un video difundido en redes sociales donde se le observa disfrutando de las playas de Máncora durante la Semana de Representación. La parlamentaria calificó los ataques como un intento de “satanizar” su vida privada y aseguró que sus gastos no involucran fondos del Estado.
El video, compartido en la red social X (antes Twitter) por el periodista Alonso Ramos, mostraba a la legisladora en traje de baño con un mensaje que vinculaba la escena con la reciente presentación de la candidatura presidencial de Keiko Fujimori en La Libertad. La publicación rápidamente se viralizó y generó cuestionamientos sobre el uso del tiempo de representación por parte de los congresistas.
Polémica por el uso del tiempo de representación
La difusión del video coincidió con la semana en que los parlamentarios deben realizar actividades en sus regiones para recoger las demandas ciudadanas, según lo establece el reglamento del Congreso.
Ante ello, diversos usuarios en redes sociales y críticos políticos cuestionaron si la presencia de Barbarán en la playa coincidía con sus obligaciones representativas.
Sin embargo, la legisladora respondió a través de sus redes oficiales, rechazando las insinuaciones y señalando que el registro fue tomado de forma invasiva. “¿Hasta dónde puede llegar una persona por obsesión o por odio? Sé que es un espacio público, pero subir un video con información inexacta siendo hoy domingo me parece descabellado”, manifestó.
“No se puede deshumanizar a los parlamentarios”
En su pronunciamiento, Rosangella Barbarán insistió en que sus actividades personales no comprometen recursos públicos y que puede demostrarlo con documentos. Además, hizo un llamado a no confundir el escrutinio legítimo con la exposición mediática sin contexto.
“No sé por qué se pretende satanizar todo o deshumanizar a los parlamentarios”, enfatizó la congresista.
Asimismo, consideró que algunos sectores buscan convertir cualquier aspecto de la vida privada de los legisladores en materia de escándalo público. “Cumplo las normas porque es el compromiso que tengo, pero, sobre todo, por respeto a la gente y a los jóvenes que merecen confiar en sus autoridades”, añadió.
La parlamentaria fujimorista, quien ya ha confirmado su intención de postular a la reelección en las Elecciones Generales de 2026, reiteró que su labor política y su vida personal “no se contradicen” y pidió no generalizar los casos de irregularidades que involucran a otros funcionarios.
No es la primera vez que reacciona ante críticas públicas
La congresista Barbarán ya había protagonizado episodios de confrontación con sus detractores. En marzo pasado, durante una transmisión en vivo por TikTok, expresó su frustración ante los reclamos ciudadanos sobre el desempeño del Parlamento.
“Yo comprendo cuando se sienten indignados con toda la violencia que estamos viviendo. Claro que la indignación de la gente es real. Pero no voy a permitir que alguien que no votó por mí, que abraza ideas radicales de izquierda, me reclame cuando no soy parte de este gobierno”, dijo en aquel momento.
Sus declaraciones generaron entonces un amplio debate sobre la representatividad congresal y los límites de la rendición de cuentas. Analistas políticos señalaron que ese tipo de posturas reflejan la tensión entre el discurso de cercanía ciudadana y la percepción de distancia de los legisladores frente a la población.
El debate sobre la imagen pública de los congresistas
El caso de Barbarán reabre la discusión sobre cómo los congresistas deben manejar su imagen pública y los límites entre su labor política y su vida personal. ¿Hasta qué punto la ciudadanía puede fiscalizar su comportamiento fuera del Congreso?
En opinión de especialistas en comunicación política, los legisladores están sometidos a un mayor escrutinio por el descrédito general del Parlamento, y cualquier acción fuera de su rol institucional puede interpretarse como falta de compromiso o frivolidad.
Sin embargo, también recuerdan que no existen restricciones legales que impidan a un congresista realizar actividades personales durante días no laborables, siempre que cumpla con su agenda de representación.
Contexto político y repercusiones internas
El episodio ocurre en un contexto delicado para Fuerza Popular, que busca reordenar su imagen tras la proclamación de Keiko Fujimori como candidata presidencial para 2026. Dentro del partido, se espera que figuras como Barbarán cumplan un rol activo en el trabajo territorial, especialmente en el norte del país, donde se realizó el evento de presentación en La Libertad.
En paralelo, el Congreso enfrenta una crisis de legitimidad, con altos niveles de desaprobación ciudadana. Escándalos recientes por viajes y gastos de representación han reforzado la percepción de desconexión entre los parlamentarios y los problemas cotidianos de la población.
La Comisión de Ética Parlamentaria no se ha pronunciado sobre el caso, aunque algunos miembros han señalado que el video difundido no muestra un uso indebido de recursos ni infracciones éticas evidentes.
Un debate que seguirá abierto
Pese a la defensa de Barbarán, el incidente volvió tendencia el tema de la Semana de Representación y la falta de transparencia sobre las actividades de los legisladores.
Diversos colectivos ciudadanos pidieron que el Congreso publique los informes completos de visitas, reuniones y resultados obtenidos durante esos días, como medida de control social.
Por su parte, la congresista cerró su declaración reiterando su molestia con la exposición mediática: “La gente merece saber la verdad, no contenidos editados para generar morbo. Yo seguiré cumpliendo con mi trabajo y actuando con transparencia”, finalizó.