Por: Ion Jauregui– analista de ActivTrades.
Desde las primeras horas del lunes 20 de octubre, Amazon Web Services (AWS) —la división de computación en la nube de Amazon— sufrió una caída global que interrumpió el funcionamiento de miles de empresas y servicios en todo el mundo.
El fallo, originado en los centros de datos de Virginia del Norte (EE.UU.), provocó un efecto dominó que paralizó buena parte de la economía digital durante varias horas. Plataformas tan diversas como Canva, Asana, Perplexity AI, McDonald’s, Roblox y Crunchyroll, además de numerosos servicios financieros y de comunicación, se vieron afectadas.
Uno de los impactos más visibles se produjo en los sistemas de pago: los lectores de tarjetas dejaron de funcionar, los cajeros automáticos se desconectaron y servicios como Bizum quedaron inoperativos. Comercios de distintos países se vieron obligados a cerrar temporalmente o aceptar solo pagos en efectivo, un episodio que recordó la fragilidad de la economía digital ante una sola interrupción.
AWS reconoció el incidente a través de su portal oficial de estado del servicio, aludiendo a “problemas de operación de red en la región de Virginia del Norte”. Los equipos técnicos trabajaron de forma urgente para restablecer la conectividad, y aunque la normalidad se recuperó progresivamente, el evento volvió a poner sobre la mesa la dependencia global de la infraestructura digital de Amazon.
Con más del 30% del mercado mundial de servicios en la nube, AWS sustenta buena parte del funcionamiento de Internet: desde plataformas de streaming y videojuegos, hasta bancos, comercios y administraciones públicas. El apagón reavivó el debate sobre la centralización tecnológica y la urgencia de diversificar los proveedores de nube.
Análisis técnico – Amazon (NASDAQ: AMZN)
Las acciones de Amazon cayeron un 2,3% tras los problemas técnicos de AWS, aunque lograron recuperar parte de las pérdidas al cierre de la jornada, ubicándose en torno a los 216,48 dólares.
Pese al golpe reputacional, el impacto financiero se prevé transitorio, sin alterar la tendencia positiva de mediano y largo plazo, sustentada en el crecimiento sostenido del comercio electrónico, la publicidad digital y los servicios web.
Desde el 10 de octubre, el valor venía corrigiendo por debajo del soporte de 217,96 dólares, tras un cruce bajista de las medias móviles de 50 y 100 días, que amplificó la presión vendedora. Sin embargo, la sesión del lunes mostró un rebote técnico sobre la media de 200 días, lo que sugiere la formación de un piso provisional en los 211,03 dólares.
El Punto de Control (POC) se ubica en 222,08 dólares, nivel clave para confirmar una recuperación sostenida. De superar esa resistencia, los próximos objetivos estarían en 232 y 238,35 dólares, cuya ruptura podría activar un nuevo impulso alcista.
Por el contrario, una pérdida del soporte podría llevar al título a probar nuevamente la zona de 202 dólares, abriendo la puerta a un cambio de tendencia. El RSI en torno al 43,5% refleja condiciones de ligera sobreventa, mientras el MACD apunta a un movimiento lateral, en línea con el sentimiento “Risk Off” predominante en las últimas jornadas, según el ActivTrades US Market Pulse.
Nubes en el horizonte
El episodio deja una conclusión evidente: en un mundo cada vez más digitalizado, una caída en la nube puede convertirse en una tormenta global. AWS ha prometido fortalecer sus protocolos de redundancia y seguridad, pero el apagón del 20 de octubre quedará como un recordatorio de que ni los gigantes tecnológicos son inmunes a la vulnerabilidad.
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