El gigante alemán Volkswagen Group presentó resultados mixtos en sus cifras de entregas globales al cierre del tercer trimestre de 2025. La compañía logró despachar 6,6 millones de vehículos entre enero y septiembre, un incremento leve de 1,2% frente al mismo periodo de 2024. Sin embargo, la mejora esconde contrastes profundos entre mercados.
Mientras Sudamérica creció 14,9% y Europa Central y del Este lo hizo en 10,2%, el mercado chino, históricamente su mayor motor, retrocedió 4%, y Estados Unidos cayó 7,8%. En un contexto de tensiones comerciales renovadas entre Washington y Pekín, la dependencia del grupo respecto a los minerales críticos o “tierras raras” chinos se perfila como un riesgo estratégico.
El repunte de las ventas provino en buena medida de los vehículos eléctricos (BEV), que crecieron 41,7% a nivel global, con 717.500 unidades vendidas. Europa y Estados Unidos lideraron los avances (78% y 85% respectivamente), mientras China volvió a ser el punto débil con un desplome del 42,5%. El modelo ID.4/ID.5 encabezó el ranking con 128.900 unidades, seguido del ID.3 con 88.800.
Entre las marcas, Volkswagen recuperó terreno (+3%), Skoda creció 14%, y Seat/Cupra avanzó 4%. En cambio, Audi, Porsche, Bentley y Lamborghini mostraron retrocesos, al igual que la división de camiones Traton (-8,5%).
En bolsa, las acciones preferentes cerraron el 10 de octubre en 89,16 euros (-2,02%), con una capitalización de apenas 45.200 millones de euros, muy por debajo de competidores como Toyota, valorada en más de 210.000 millones.
El futuro de Volkswagen dependerá de su capacidad para resistir los embates geopolíticos y consolidar su apuesta eléctrica, en un tablero donde la tecnología y los minerales estratégicos definen tanto el mercado como la política.
Por Dirk Friczewsky, analista de ActivTrades.