Un gobierno marcado por la sucesión
El 7 de diciembre de 2022, Dina Boluarte asumió la Presidencia de la República tras la vacancia de Pedro Castillo. Se convirtió en la primera mujer en gobernar el Perú en medio de un escenario convulso: el fallido golpe de Estado, la ruptura institucional y la sucesión constitucional que la colocó al frente del país.
Casi tres años después, el Congreso de la República decidió destituirla con 121 votos a favor, sellando un gobierno que se extendió 2 años, 10 meses y 3 días. Durante ese tiempo, Boluarte se mantuvo en el poder pese a protestas sociales, acusaciones de autoritarismo, denuncias de corrupción y una caída sostenida de su popularidad.
El mensaje de despedida
Tras su vacancia, Boluarte emitió un Mensaje a la Nación en el que recordó cómo fue el propio Congreso el que la legitimó en 2022 al entregarle la banda presidencial. “Recibí la banda presidencial por el Congreso, el mismo que el día de hoy votó por la vacancia”, dijo con tono crítico.
Boluarte cuestionó lo que calificó de incoherencia del Legislativo y advirtió que la decisión tendría consecuencias para la estabilidad democrática. En su discurso, intentó reivindicar su papel como una lideresa que asumió el poder “con valentía” en un contexto de vacío institucional, aunque se retiró con menos del 3 % de aprobación ciudadana.
Entre la promesa de unidad y la impopularidad
A lo largo de su mandato, la expresidenta insistió en el discurso de la unidad nacional, llamando al trabajo conjunto y a la lucha contra la corrupción. Sin embargo, su gestión estuvo marcada por cuestionamientos a la transparencia, acusaciones de enriquecimiento ilícito y una serie de enfrentamientos con el propio Parlamento.
“En todo momento invoqué a la unidad, a trabajar juntos, a luchar por nuestro país, ante este contexto no he pensado en mí, sino en los más de 34 millones de peruanos y peruanas que merecen un crecimiento con estabilidad democrática”, dijo en su despedida. No obstante, su salida refleja la distancia entre sus mensajes oficiales y la percepción ciudadana.
¿Qué dejó el gobierno de Dina Boluarte?
La gran interrogante es qué balance real queda tras los casi tres años de Boluarte en el poder. ¿Logró estabilizar al país o profundizó la crisis política? Aunque evitó caer antes de tiempo, su gobierno quedó marcado por la represión de protestas sociales, los escándalos de corrupción en su entorno y una débil legitimidad que nunca consiguió revertir.
El final de su gestión se convierte en otro capítulo de la cadena de gobiernos interrumpidos en el Perú, un país que en los últimos siete años ha visto desfilar seis presidentes y un Congreso cada vez más poderoso frente a un Ejecutivo debilitado.