Por Ion Jauregui –ActivTrades.
Las grandes energéticas europeas siguen mirando hacia Estados Unidos para asegurar su futuro. BP y TotalEnergies acaban de anunciar movimientos estratégicos que consolidan su presencia en el mayor mercado consumidor del mundo.
La británica BP dio luz verde a un megaproyecto de 5.000 millones de dólares en el Golfo de México, que incluye una plataforma flotante con capacidad de 80.000 barriles equivalentes de petróleo por día. El objetivo es ambicioso: alcanzar 1 millón de barriles diarios en EE.UU. hacia 2030, lo que reforzaría de manera decisiva su base productiva en Norteamérica, un mercado altamente competitivo y sediento de energía.
Por su parte, TotalEnergies adquirió un 49% de participación en los campos de gas de Continental Resources en Oklahoma, sumando 26.000 barriles equivalentes diarios a su portafolio. La jugada consolida su liderazgo en el mercado de gas natural licuado (GNL), un recurso clave tanto para la transición energética como para la seguridad del suministro global, particularmente en Europa y Asia.
Clave de mercado: BP en Londres
En la Bolsa de Londres, las acciones de BP se mueven en torno a 430 peniques. El título ha oscilado en un rango lateral entre 319 y 458 peniques, tras un fuerte repunte y posterior corrección desde 2024.
Los analistas observan que superar la barrera de 458 peniques abriría espacio hasta la zona de 503, mientras que un retroceso podría llevar el precio hacia los 400 peniques o incluso a los mínimos del rango.
Estrategia de largo plazo
Las apuestas de BP y TotalEnergies reflejan una doble vía: combinar producción offshore (mar adentro) con activos onshore (tierra firme) en EE.UU., diversificar portafolios y aprovechar oportunidades de crecimiento en hidrocarburos y GNL.
En el corto plazo, estas inversiones podrían aumentar la oferta de gas en EE.UU., presionando a la baja los precios internos, pero también fortalecer las exportaciones de GNL hacia mercados de alta demanda como Europa y Asia.
En un escenario global marcado por tensiones geopolíticas y por la necesidad de equilibrar transición energética y seguridad de suministro, las dos compañías confirman que Estados Unidos sigue siendo el escenario clave donde se juega el futuro del sector.