Durante décadas, la pegatina “Intel inside” fue sinónimo de calidad y liderazgo en el mercado de los semiconductores. Sin embargo, el gigante estadounidense lleva años lidiando con una realidad distinta: rivales como AMD y, sobre todo, Nvidia, le han arrebatado posiciones clave en segmentos como inteligencia artificial, centros de datos y soluciones personalizadas.
A esta pérdida de protagonismo se suman problemas internos: los elevados costos de investigación y desarrollo, proyectos fabriles que aún no rinden frutos y recortes de personal masivos han dejado a Intel con márgenes presionados y la necesidad urgente de redefinir su estrategia.
Una alianza inesperada
La sorpresa llegó este mes: Nvidia anunció una inversión de 5.000 millones de dólares en Intel y, además, una alianza tecnológica que combina los procesadores x86 de Intel con las GPU y soluciones de IA de su ahora socio. El acuerdo fue interpretado como una señal de confianza en la capacidad de Intel para reposicionarse en un sector dominado por los grandes del silicio.
La cooperación no es menor: la expectativa es que ambas compañías desarrollen nuevos chips para PC y centros de datos, integrando lo mejor de cada tecnología en un mercado que crece a un ritmo vertiginoso.
Innovaciones en cartera
Intel no ha llegado a este punto con las manos vacías. En la última feria Computex presentó nuevas tarjetas gráficas Arc Pro B60 y B50 para estaciones de trabajo y aplicaciones de IA, además del Gaudi 3 AI Accelerator. También lanzó el AI Assistant Builder, un software para que los desarrolladores creen agentes de inteligencia artificial sobre plataformas Intel.
Todo ello configura un intento claro de recuperar tracción en un terreno donde Nvidia ha marcado el paso.
La acción se dispara
El mercado reaccionó con entusiasmo. Las acciones de Intel subieron 22,77% en la jornada del 18 de septiembre, cerrando en 30,57 dólares, con una capitalización de 142.800 millones de dólares. Se trata de uno de los mayores saltos diarios en la historia reciente del valor, que venía de años de tropiezos.
Señales técnicas
El análisis gráfico muestra que la acción entró en una zona sobrecomprada: el RSI se ubicó en 78,7 puntos, lo que sugiere espacio para una corrección a corto plazo. Los niveles de resistencia clave están en 34,45 y 38,41 dólares, mientras que los soportes inmediatos aparecen en 30,48 y 25,57 dólares. Pese a la euforia, los analistas advierten que podría producirse una pausa técnica antes de que el rally pueda consolidarse.
¿Renacimiento o espejismo?
La gran pregunta es si este acercamiento con Nvidia marcará un punto de inflexión real en la historia de Intel o si será apenas un respiro en medio de una transformación estructural más larga y difícil. Por ahora, la apuesta conjunta apunta a reforzar su presencia en la inteligencia artificial, donde se define el futuro de la industria.
Dirk Friczewsky, analista de ActivTrades.