Más de 2,500 pacientes con TBC en Lima acceden a tarjetas alimentarias del Midis

El programa piloto asegura una dieta rica en proteínas y alimentos frescos para fortalecer el tratamiento de personas con tuberculosis en cinco distritos de la capital.

por Edgar Mandujano

El Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) implementó desde febrero un piloto innovador que busca cambiar la forma en que los programas sociales llegan a los ciudadanos más vulnerables. A través de la entrega de tarjetas alimentarias electrónicas, en coordinación con el Ministerio de Salud y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas, se ha beneficiado a 2,524 pacientes con tuberculosis (TBC) en Lima Metropolitana.

Los distritos alcanzados son San Juan de Lurigancho, Ate, Santa Anita, Lima Cercado y Jesús María, donde la incidencia de TBC sigue siendo alta y representa un desafío para la salud pública. La intervención garantiza que los pacientes accedan de manera oportuna a alimentos ricos en proteínas, frescos y variados, fundamentales para fortalecer su sistema inmunológico y mejorar la adherencia al tratamiento médico.


¿Cómo funciona el programa de tarjetas alimentarias?

Los beneficiarios forman parte del Programa de Alimentación y Nutrición al Paciente con Tuberculosis (PANTBC). Desde febrero, han recibido 8,699 transferencias monetarias mediante recargas electrónicas para la compra de productos en establecimientos autorizados.

Según los reportes, el gasto se distribuye de la siguiente manera:

  • 28 % en cereales, tubérculos y leguminosas.
  • 27 % en carnes, pescados y huevos.
  • 18 % en lácteos y derivados.
  • 9 % en verduras y frutas.

Con este mecanismo, los pacientes no solo acceden a alimentos básicos, sino que pueden diversificar su dieta, incluir proteínas de origen animal y mejorar su estado nutricional, un factor clave en la recuperación frente a la tuberculosis.


¿Dónde están los pacientes atendidos?

El piloto alcanzó a 894 personas en San Juan de Lurigancho, 712 en Ate, 352 en Santa Anita, 411 en Lima Cercado y 155 en Jesús María. Estos distritos concentran parte importante de los casos de TBC en Lima y fueron priorizados por el Midis y el Minsa para asegurar un impacto inmediato en la salud de la población afectada.

La tuberculosis es una enfermedad que no solo afecta los pulmones, sino también la calidad de vida, la estabilidad económica de las familias y la capacidad laboral de los pacientes. En este contexto, garantizar una nutrición adecuada resulta vital para completar el tratamiento, que suele ser largo y requiere disciplina.


Educación nutricional: el otro pilar del proyecto

Además de la entrega de tarjetas, la intervención incluye un componente educativo. Los pacientes reciben orientación sobre cómo elegir alimentos saludables, cómo preparar menús equilibrados y cómo incorporar productos frescos a su dieta diaria.

Los resultados son alentadores:

  • 98 % de los beneficiarios afirmó estar satisfecho o muy satisfecho con el servicio.
  • 96 % consideró que la asistencia fue muy útil para su tratamiento.
  • 100 % señaló haber aplicado al menos uno de los consejos nutricionales recibidos.

Este nivel de aceptación muestra que la estrategia no solo tiene un impacto en la alimentación inmediata, sino que también está cambiando hábitos alimentarios de manera sostenida.


¿Qué significa esta experiencia piloto para el futuro?

El proyecto marca el inicio de una reforma clave en los programas de asistencia alimentaria en el Perú. El uso de tarjetas electrónicas introduce mayor transparencia, autonomía y rapidez en el acceso a los recursos. A diferencia de la entrega de víveres tradicionales, las tarjetas permiten que los beneficiarios seleccionen los alimentos que necesitan y garanticen frescura en sus compras.

La alianza con el PMA refuerza la estrategia con experiencia internacional y monitoreo especializado. En enero, el Midis y el organismo de la ONU firmaron un convenio de cooperación técnica que incluye no solo la transferencia electrónica, sino también educación nutricional y un sistema de seguimiento para asegurar el uso adecuado de los recursos.


¿Podría este modelo de tarjetas alimentarias convertirse en la norma para otros programas sociales en el Perú?

Si los resultados del piloto se consolidan, la experiencia con pacientes de TBC en Lima podría replicarse en otras regiones y extenderse a grupos vulnerables que enfrentan problemas de desnutrición o enfermedades crónicas.

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