El acceso a Machu Picchu, uno de los principales destinos turísticos del Perú y del mundo, estuvo en riesgo de paralización indefinida por un paro de comunidades locales que cuestionaban el sistema de transporte hacia la ciudadela inca. Sin embargo, tras una tregua alcanzada el 17 de septiembre, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) informó que las empresas Ferrocarril Transandino y PerúRail reanudaron sus operaciones ferroviarias en la ruta Ollantaytambo – Machupicchu – Ollantaytambo.
La decisión se tomó luego de que las comunidades acordaran suspender temporalmente la medida de fuerza que afectaba la vía férrea y que había generado incertidumbre en miles de visitantes nacionales y extranjeros. Con esta medida, la afluencia de turistas hacia el Santuario Histórico de Machu Picchu podrá restablecerse progresivamente.
Reinicio de operaciones ferroviarias
Según precisó el Mincetur en un comunicado, el reinicio de operaciones de Ferrocarril Transandino, concesionario de la vía férrea, y de PerúRail, principal operador de transporte turístico en la zona, se concretó desde la 1 de la tarde del miércoles 17 de septiembre.
En su mensaje difundido en la red social X (antes Twitter), el ministerio indicó que “la Llaqta de Machupicchu permanecerá abierta hasta las 6 p. m. y los boletos adquiridos tendrán flexibilidad de uso durante todo el mes de septiembre”, como parte de un acuerdo con el Ministerio de Cultura.
Las empresas ferroviarias también emitieron comunicados. Ferrocarril Transandino señaló que recibió “las garantías de orden y seguridad para la vía férrea, por parte de las autoridades competentes” y que mantiene su compromiso con la seguridad de la operación. En paralelo, PerúRail anunció a sus pasajeros, agencias de viajes y operadores turísticos que “reiniciará operaciones con la frecuencia 303 desde la estación Ollantaytambo a las 13:27 horas”.
La tregua de 72 horas en Machupicchu
El reinicio del servicio fue posible gracias a la suspensión temporal de un paro de 72 horas que mantenían las comunidades del distrito de Machupicchu. Dicho paro había sido convocado en rechazo a la problemática del transporte terrestre en la ruta Hiram Bingham y al sistema de concesiones que, según los manifestantes, perjudica a la población local.
Tras una reunión con representantes de la Defensoría del Pueblo y otras autoridades, se acordó una tregua de 72 horas que abrió espacio para el diálogo entre la población y el Gobierno. La decisión se tomó considerando que la paralización afectaba gravemente no solo a los residentes, sino también a los turistas que habían viajado desde distintos países con la expectativa de conocer la ciudadela inca.
El paro se levantó oficialmente desde las 11 de la mañana del miércoles 17 de septiembre, permitiendo la reanudación de actividades económicas vinculadas al turismo.
Impacto económico y turístico
La suspensión del servicio ferroviario hacia Machupicchu tiene un alto impacto económico, tanto para las comunidades que dependen del turismo como para el país en su conjunto. Cada día de paralización implica la pérdida de miles de dólares en ingresos por boletos de ingreso, servicios de guía, hospedajes y restaurantes.
El turismo en Machupicchu es uno de los principales motores de la economía del Cusco, y su interrupción afecta directamente a cientos de familias que dependen del flujo constante de visitantes. Por ello, la tregua alcanzada y la reanudación de los trenes son vistas como medidas de alivio inmediato, aunque el conflicto de fondo aún requiere soluciones sostenibles.
Expertos en turismo han señalado que, si bien la reapertura genera confianza, es necesario establecer una mesa de diálogo permanente entre el Estado, las comunidades y las empresas concesionarias para garantizar la continuidad del servicio sin sobresaltos.
Desafíos pendientes en la ruta a Machupicchu
El caso pone en evidencia los retos de gestión del turismo en Machupicchu, declarado Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad por la UNESCO. El acceso a la ciudadela depende casi exclusivamente de la ruta ferroviaria, lo que genera tensiones entre comunidades locales, operadores privados y autoridades estatales.
Además de las demandas sociales, el acceso a Machupicchu enfrenta riesgos adicionales vinculados a factores climáticos. El Senamhi advirtió recientemente sobre un fenómeno meteorológico que podría afectar a siete regiones del país, incluidas zonas de la sierra sur, lo que incrementa la vulnerabilidad de la ruta ferroviaria.
Frente a este panorama, especialistas recomiendan diversificar las alternativas de ingreso al santuario, mejorar la infraestructura de transporte y garantizar procesos transparentes en la relación con las comunidades.