La Comisión de Constitución del Congreso dio un paso trascendental en el proceso de retorno a la bicameralidad en el Perú, aprobando por mayoría los reglamentos que entrarán en vigencia desde 2026. Los documentos incluyen el Reglamento General del Congreso, además de las normas internas para la Cámara de Diputados y el Senado.
Estos marcos legales establecerán cómo se organizarán las cámaras, sus competencias, procedimientos internos y la coordinación con el Poder Ejecutivo. La medida marca el inicio de una nueva etapa en la política peruana, tras más de dos décadas con un Congreso unicameral.
Eliminación de sesiones virtuales
Uno de los puntos más llamativos de la reforma es la eliminación de las sesiones virtuales. La propuesta, impulsada por el presidente de la Comisión de Constitución, Arturo Alegría (Fuerza Popular), busca que la regla sea la presencialidad absoluta en el trabajo parlamentario.
“El Congreso debe ser un espacio de debate presencial. Con la virtualidad se redujo la calidad de las discusiones, y se generaron problemas de conexión. Este cambio busca fortalecer la institucionalidad y recuperar la seriedad del trabajo legislativo”, sostuvo Alegría.
La decisión rompe con lo planteado por varios congresistas, entre ellos José Elías Ávalos (APP) y Martha Moyano (Fuerza Popular), quienes habían propuesto mantener la modalidad remota en casos excepcionales. Sin embargo, la mayoría de la comisión optó por retirar esta opción.
¿Qué significa eliminar la virtualidad en el Congreso?
La pandemia del COVID-19 obligó a que el Congreso del Perú adaptara sus sesiones al formato remoto, lo que permitió mantener la actividad parlamentaria pese a las restricciones sanitarias. Sin embargo, la modalidad también abrió la puerta a críticas: desconexiones constantes, ausencias encubiertas y menor intensidad en los debates.
¿Eliminar las sesiones virtuales desde 2026 garantiza un mejor debate y mayor transparencia, o limitará la flexibilidad para casos extraordinarios? Esta es la pregunta que muchos analistas se hacen, considerando que la política peruana aún atraviesa momentos de inestabilidad.
Organización del nuevo Parlamento bicameral
Los reglamentos aprobados definen la estructura de las dos cámaras:
- Cámara de Diputados: se enfocará en la representación poblacional, fiscalización y elaboración inicial de leyes.
- Senado: tendrá funciones de segunda revisión, nombramientos de altas autoridades y ratificación de tratados.
Con esta división, se busca generar un sistema de contrapesos más sólido que evite el hiperpresidencialismo y el abuso del Congreso unicameral. Además, se pretende mejorar la calidad legislativa, al obligar que toda norma pase por dos revisiones antes de convertirse en ley.
Debate en el Pleno
El retorno a la bicameralidad fue aprobado mediante referéndum y ratificado por el Congreso, pero su implementación concreta generaba dudas. Con estos reglamentos del Congreso bicameral, se despeja el camino para que, a partir de 2026, el Parlamento opere bajo este nuevo formato.
No obstante, la decisión de eliminar las sesiones virtuales ha encendido un debate interno. Mientras algunos legisladores celebran el regreso a la presencialidad, otros advierten que en un país con constantes crisis sociales y políticas, la rigidez podría dificultar la labor parlamentaria en situaciones de emergencia.
Transparencia y legitimidad en juego
La discusión sobre la virtualidad también toca un punto clave: la legitimidad del Congreso. Durante los años de sesiones remotas, ciudadanos cuestionaron la seriedad de algunos congresistas que participaban sin cámaras encendidas o que no intervenían en debates cruciales.
La apuesta por la presencialidad apunta a recuperar la confianza ciudadana en una institución con bajos niveles de aprobación. Sin embargo, críticos sostienen que se está perdiendo una herramienta tecnológica que podía mejorar la eficiencia en determinadas circunstancias.
Bicameralidad y futuro político del Perú
El regreso a un Congreso bicameral en Perú abre interrogantes sobre su efectividad. La bicameralidad fue eliminada en 1993, con la Constitución impulsada por Alberto Fujimori, y su retorno busca mejorar la calidad legislativa y el control político.
En teoría, dos cámaras permitirán un mejor balance de poderes y evitarán leyes improvisadas. No obstante, también se advierte que el sistema puede generar mayor burocracia, duplicación de funciones y costos adicionales para el Estado.
La aprobación de los reglamentos del Congreso bicameral marca un hito en la política peruana. Desde 2026, el país volverá a tener Senado y Cámara de Diputados, en un esquema que busca modernizar y fortalecer la democracia.
La decisión de eliminar las sesiones virtuales abre un debate sobre la manera en que el Parlamento debe adaptarse a los nuevos tiempos: ¿se trata de recuperar la solemnidad perdida o de dar un paso atrás en el uso de herramientas tecnológicas?
Lo cierto es que el Congreso tendrá el reto de demostrar que la bicameralidad y la presencialidad obligatoria realmente serán un cambio positivo para los ciudadanos.