El Centro Sismológico Nacional del Instituto Geofísico del Perú (IGP) informó que el domingo 14 de septiembre se registraron tres sismos en diferentes puntos del país, lo que puso en alerta a las poblaciones de Loreto, Ucayali y Ayacucho. Aunque ninguno dejó daños materiales ni personales, los reportes reafirman la necesidad de que la ciudadanía mantenga planes de prevención frente a la alta sismicidad del Perú.
Primer sismo en Loreto: magnitud 4.1
El primer movimiento ocurrió a las 11:06 de la mañana y alcanzó una magnitud de 4.1, con una profundidad de 27 kilómetros. El epicentro se localizó a 72 km al noroeste de Barranca, en la provincia de Datem del Marañón (Loreto). La intensidad reportada fue de II-III en Barranca, lo que significa que pudo ser percibido por algunos pobladores, especialmente en viviendas altas y frágiles.
Ucayali: temblor de magnitud 4.4 en Aguaytía
El segundo evento sísmico se registró a las 2:56 de la tarde en la provincia de Padre Abad, Ucayali, con una magnitud de 4.4. Según el IGP, el epicentro estuvo a 36 km al sureste de Aguaytía, con una profundidad de 131 km. El movimiento se percibió con una intensidad de II-III en Aguaytía, lo que generó alarma, aunque sin consecuencias materiales.
Ayacucho: sismo de 5.1 en Chuschi
El tercer y más fuerte temblor del día ocurrió a las 8:52 de la noche en la provincia de Cangallo, Ayacucho, con epicentro a 52 km al oeste de Chuschi. Este sismo alcanzó una magnitud de 5.1 y tuvo una profundidad de 109 km, con una intensidad III en Chuschi, lo que provocó que muchas familias salieran de sus viviendas por prevención. Hasta el cierre del reporte, no se habían registrado daños.
Perú y su alta vulnerabilidad sísmica
El Perú se ubica en el denominado Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas de mayor actividad sísmica y volcánica del planeta. Por ello, especialistas del IGP recuerdan la importancia de preparar mochilas de emergencia, identificar zonas seguras en el hogar y participar en simulacros de sismo. Los recientes movimientos en Loreto, Ucayali y Ayacucho son una muestra de que la actividad sísmica es permanente y puede ocurrir en cualquier momento.