La Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) anunció la suspensión del examen de admisión 2026-I, que estaba previsto para los días 13, 14, 20 y 21 de setiembre. La decisión se da en medio de la toma del campus universitario por parte de estudiantes y tras denuncias de presuntos actos de vandalismo en las instalaciones académicas.
En un comunicado oficial, el Vicerrectorado Académico de San Marcos informó que la medida busca salvaguardar la seguridad de los postulantes, sus familias y toda la comunidad universitaria. Asimismo, la institución rechazó “todo acto de violencia y acciones que nada tienen que ver con las legítimas protestas estudiantiles”.
Contexto del conflicto
La Federación Universitaria de San Marcos (FUSM) mantiene la protesta desde hace varios días en rechazo a diversas disposiciones del rectorado. Entre sus reclamos destacan la eliminación del cobro de S/ 500 para estudiantes de segunda carrera, la mejora del servicio del comedor universitario y la oposición a las restricciones en el reglamento de admisión 2026.
Los estudiantes aseguran que sus demandas han sido ignoradas por la rectora Jeri Ramón Ruffner, pese a los reiterados pedidos de instalar una mesa de diálogo. Por ello, decidieron radicalizar su medida con la toma del campus principal, ubicado en la avenida Universitaria, colocando banderolas y cerrando accesos como símbolo de resistencia.
Postura institucional
La respuesta de la universidad, sin embargo, pone el foco en los incidentes registrados dentro de la Ciudad Universitaria, los cuales califica como hechos de violencia y vandalismo perpetrados por personas ajenas a la comunidad estudiantil. Según la versión oficial, este tipo de situaciones justifican la decisión de suspender el examen de ingreso hasta nuevo aviso.
En el comunicado se precisa que la suspensión es temporal y que el nuevo cronograma de admisión será anunciado oportunamente, una vez que se restablezca el orden en el campus.
Rechazo al vandalismo y llamado al orden
El mensaje institucional enfatiza que la UNMSM respeta la protesta estudiantil, pero rechaza con firmeza la participación de infiltrados que promueven la violencia. Además, insta a los jóvenes a privilegiar el diálogo como mecanismo para resolver las diferencias, a fin de no afectar a los más de 25 mil postulantes que aspiran a ingresar en la próxima convocatoria.
“Rechazamos absolutamente todo acto de violencia y acciones que nada tienen que ver con las legítimas protestas estudiantiles”, señala el texto, marcando una clara diferencia entre los reclamos de los universitarios y los desmanes atribuidos a terceros.
Reacciones y consecuencias
La medida de suspensión ha generado preocupación en padres de familia y postulantes, quienes se preparaban desde hace meses para el examen. Algunos de ellos mostraron su descontento en redes sociales, reclamando que se garantice la seguridad sin necesidad de paralizar el proceso académico.
Por otro lado, la protesta de los alumnos sigue firme. Voceros de la FUSM sostienen que no levantarán la toma hasta que la rectora Jeri Ramón acepte instalar una mesa de diálogo vinculante para atender sus reclamos.
La Policía Nacional del Perú (PNP) permanece en los alrededores del campus para resguardar el orden, aunque hasta ahora no se han registrado enfrentamientos de gran magnitud.
Un conflicto que escala
La toma de San Marcos y la suspensión del examen de admisión marcan uno de los momentos más tensos en la historia reciente de la universidad. La casa de estudios más antigua de América, símbolo de la educación pública en el Perú, enfrenta así un conflicto que combina demandas legítimas de los estudiantes con un contexto de seguridad cuestionado por las autoridades.
El desenlace dependerá de la capacidad de ambas partes de llegar a un acuerdo que priorice el derecho a la educación y la estabilidad institucional. Mientras tanto, miles de jóvenes postulantes siguen en la incertidumbre, sin una fecha clara para el examen que marcará su futuro académico.