Vecinos de Miraflores y Barranco alistan protesta contra el polémico Puente de la Paz

La inauguración del Corredor Turístico desata protestas ciudadanas y críticas a la gestión municipal.

por Edgar Mandujano

El esperado Corredor Turístico Miraflores–Barranco, bautizado como el “Puente de la Paz”, lejos de unir a la ciudad, parece haber abierto una grieta entre las autoridades municipales y los residentes. A pocas horas de su inauguración oficial, programada para este miércoles 20 de agosto a las 7 de la noche, vecinos de Miraflores y Barranco han convocado a una protesta que coincidirá con la ceremonia encabezada por el alcalde miraflorino, Carlos Canales. El malestar vecinal no es nuevo: desde el inicio de la obra, los colectivos barriales han cuestionado lo que consideran un proyecto “costoso, inconsulto y ajeno a las necesidades reales de la comunidad”.

La protesta no solo busca hacer ruido el día de la inauguración, sino también enviar un mensaje claro: el rechazo a una obra que, según los vecinos, fue ejecutada sin participación ciudadana, con un impacto urbano que todavía genera dudas y molestias. Mientras tanto, el municipio asegura que el puente peatonal y su ciclovía transformarán la conectividad de la zona y atraerán más turismo a la capital.


¿Por qué protestan los vecinos?

La principal queja de los colectivos vecinales de Miraflores y Barranco es que la obra fue diseñada y ejecutada sin consulta ni transparencia. Afirman que el Puente de la Paz representa más un símbolo político y turístico que una verdadera solución a los problemas de movilidad.

En declaraciones recogidas en redes sociales, los organizadores de la manifestación afirman que el proyecto “no responde a la vida cotidiana de los vecinos”, pues la prioridad en la zona debería estar en mejorar la seguridad, el transporte público y la gestión de la congestión vehicular en la Quebrada de Armendáriz, un punto crítico que ya sufre frecuentes embotellamientos.

Además, la presencia de grúas y maquinaria pesada hasta días previos a la inauguración ha incrementado la molestia. Los residentes denuncian que el tránsito se encuentra interrumpido constantemente y que la Municipalidad de Miraflores ha minimizado el impacto en la vida diaria de quienes transitan por la zona.


El atractivo turístico que divide opiniones

A pesar de la controversia, el Puente de la Paz se presenta como una de las obras emblemáticas de la gestión de Carlos Canales. Con 112 metros de largo y 8 de ancho, conecta el parque Alfredo Salazar en Miraflores con la avenida Sáenz Peña en Barranco.

El diseño incluye un corredor peatonal y una ciclovía que busca fomentar la movilidad sostenible, además de barandas de vidrio traslúcido que ofrecen vistas panorámicas del litoral limeño. En palabras del municipio, se trata de una infraestructura moderna, pensada para convertir la quebrada de Armendáriz en un nuevo atractivo turístico.

Sin embargo, ese discurso no convence a todos. Los colectivos vecinales advierten que detrás de la “modernidad” se oculta un gasto millonario que podría haberse destinado a obras prioritarias como parques, seguridad ciudadana o el mejoramiento de servicios básicos.


¿Qué pasará el día de la inauguración?

La protesta ciudadana está convocada para el miércoles 20 de agosto a las 7:00 p.m., exactamente a la misma hora en que se espera el inicio de la inauguración oficial. Los organizadores señalan que se movilizarán de forma pacífica, pero buscan visibilizar su oposición frente a las cámaras y la atención mediática que tendrá el evento.

Por otro lado, la Municipalidad de Miraflores ha precisado que, aunque el puente se inaugura esa noche, recién estará habilitado al público a partir del jueves 21 de agosto. Esto se debe a que los espacios empleados para la ceremonia —incluyendo escenarios, tarimas y equipos de iluminación— deberán ser retirados durante la madrugada.

Ese detalle ha sido otro punto de crítica: “La obra no está terminada del todo y ya quieren cortar la cinta”, señalan algunos vecinos en redes sociales, cuestionando la prisa por presentar el proyecto.


Un proyecto entre el orgullo y la polémica

El Corredor Turístico Miraflores–Barranco se suma a la larga lista de proyectos urbanos que dividen a Lima. Por un lado, representa una inversión para posicionar a la capital como destino turístico, conectando dos de los distritos más visitados por extranjeros. Por el otro, es símbolo de la fractura entre las autoridades y sus ciudadanos, quienes reclaman más participación en las decisiones que afectan directamente su entorno.

¿Será el Puente de la Paz un verdadero ícono de integración urbana o pasará a la historia como un monumento al desencuentro entre autoridades y vecinos? La respuesta podría comenzar a definirse este miércoles, cuando las luces de la inauguración compitan con las voces de protesta.

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