A lo largo de sus 25 años como diseñador de moda, Sergio Dávila, ha sabido escuchar a la tierra, mirar el cielo y crear desde el alma. Hace pocas semanas, en un rincón del Valle Sagrado, instaló una pasarela donde las prendas presentadas representaron un tránsito entre lo terrenal y lo etéreo, entre lo ancestral y lo contemporáneo. Cada paso en la pasarela fue un latido de un viaje sagrado
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