A menos de una semana de la visita encabezada por el presidente del Consejo de Ministros, Eduardo Arana, el Ejecutivo regresará a Santa Rosa de Loreto con una segunda campaña de acción social, esta vez liderada por la propia presidenta de la República, Dina Boluarte.
Esta intervención responde a la urgente necesidad de presencia estatal en uno de los distritos más olvidados del país, ubicado en la triple frontera con Colombia y Brasil, donde la precariedad en servicios básicos y atención estatal ha sido histórica.
La jefa de Estado llegará en los próximos días para liderar la campaña social en esta zona estratégica de la región Loreto. La iniciativa tiene como objetivo acercar los servicios públicos directamente a la población, promover el desarrollo local y reforzar la seguridad y gobernabilidad en esta frontera vulnerable al narcotráfico, el contrabando y otras economías ilegales.
¿Qué motiva esta segunda campaña en tan corto tiempo?
El presidente del Consejo de Ministros, Eduardo Arana, informó que esta acción busca dar continuidad al trabajo desarrollado el jueves 7 de agosto, cuando una comitiva de ministros recogió in situ las demandas de la ciudadanía en Santa Rosa.
“Con esta actividad estamos respondiendo de manera frontal ante los problemas sociales y los retos y desafíos que tenemos en esta comunidad, que requiere mucho apoyo social”, declaró el premier, quien destacó que el compromiso del Ejecutivo no se limitará a visitas puntuales, sino que busca generar una presencia sostenida del Estado.
Un distrito en abandono que exige atención inmediata
Santa Rosa de Loreto es uno de los puntos más alejados del mapa nacional. Se accede únicamente por vía fluvial, tras varias horas de navegación por el río Amazonas. Sus habitantes enfrentan múltiples carencias: acceso limitado a salud, educación, servicios básicos y programas sociales. Además, su ubicación estratégica la convierte en un punto clave para fortalecer la presencia del Estado y combatir la informalidad, el crimen organizado y el abandono estructural.
Durante la primera visita, liderada por el premier Arana, se instalaron mesas de diálogo y se realizaron coordinaciones multisectoriales. Sin embargo, los pobladores dejaron en claro que no quieren promesas, sino acciones concretas y sostenidas.
Presencia presidencial: ¿una señal política o una respuesta real?
El retorno del Ejecutivo con la presidenta Boluarte a la cabeza, en menos de una semana, ha despertado tanto expectativa como escepticismo. Algunos sectores consideran que esta segunda visita tiene un fuerte componente político, mientras que otros valoran el gesto como un intento genuino de establecer un vínculo directo con zonas olvidadas del país.
No obstante, el Ejecutivo insiste en que esta campaña social forma parte de una política de descentralización real y que se ejecutará con un enfoque integral: atención médica gratuita, campañas de documentación, presencia de programas sociales como Juntos y Pensión 65, así como asesoría legal, educativa y productiva.
Reivindicación a las fuerzas del orden
En paralelo al anuncio de la campaña, el premier Eduardo Arana destacó también la reciente promulgación de la ley de amnistía a miembros de las Fuerzas Armadas, Policía Nacional y comités de autodefensa que combatieron al terrorismo, a la que calificó como “una reivindicación histórica” por el sacrificio de quienes lucharon por la pacificación del país.
Este gesto, según analistas, podría estar alineado con una narrativa de fortalecimiento del orden y la autoridad estatal, especialmente en zonas fronterizas como Santa Rosa, donde la seguridad nacional y la soberanía siguen siendo temas sensibles.
¿Qué sigue después de Santa Rosa?
La gran interrogante que deja esta doble visita a Loreto es si el Estado logrará sostener el impulso inicial. Las campañas sociales son útiles y necesarias, pero insuficientes si no se articulan con políticas públicas a largo plazo, inversiones sostenidas y una verdadera descentralización del poder y los recursos.
¿Será esta la señal de un cambio en la relación entre Lima y las regiones? ¿O solo una puesta en escena más?