En Lima, los primeros días de agosto confirmaron que el oro se ha convertido en el blanco más codiciado del crimen organizado. El 6 de agosto, en La Molina, una banda armada irrumpió en la galería La Molina II y se llevó 85 mil soles en metales, dejando a un guardia con fractura de cráneo. Apenas unas semanas antes, el 20 de julio, nueve joyerías de la Galería Cuzco Market, Miraflores –un distrito que presume de alta seguridad– fueron saqueadas en un golpe relámpago.
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