Un operativo policial en la conflictiva zona de Nueva Prosperina, en la ciudad de Guayaquil, permitió rescatar a dos ciudadanos peruanos que habían sido secuestrados mientras realizaban un recorrido turístico. Las víctimas, un hombre y una mujer, fueron liberadas tras un trabajo de inteligencia que llevó al arresto de tres personas, entre ellas un menor de edad. Los captores exigían USD 100 mil en total por mantenerlos con vida.
¿Cómo ocurrió el secuestro de los turistas?
Las víctimas habían llegado a Ecuador con fines turísticos y se encontraban hospedadas en el norte de Guayaquil. Según declaraciones del mayor Fredy Guzmán, tomaron un taxi para conocer la ciudad cuando fueron interceptadas por sujetos armados que se movilizaban en una tricimoto —un vehículo de uso frecuente en zonas populares del país—.
Los secuestradores les retuvieron los teléfonos celulares y se comunicaron con sus familias en Perú, exigiendo USD 50 mil por cada uno como condición para no hacerles daño.
¿Dónde y cuándo se ejecutó el operativo?
El operativo se llevó a cabo este sábado 9 de agosto, cuando agentes de la Policía Nacional del Ecuador realizaron seis allanamientos simultáneos en Nueva Prosperina, un barrio catalogado como uno de los más violentos del país. En uno de los inmuebles intervenidos se halló a los dos ciudadanos peruanos, quienes fueron rescatados en buen estado físico.
En el lugar, se detuvo a tres sospechosos, uno de los cuales posee tres antecedentes penales por porte de armas de fuego, y otro es un menor de edad, previamente aislado en dos ocasiones por delitos de robo.
También se decomisó la tricimoto que habría sido utilizada en el secuestro.
¿Por qué Guayaquil se ha vuelto un foco de inseguridad?
Guayaquil, la ciudad más poblada de Ecuador y centro económico del país, se ha transformado en uno de los epicentros del crimen organizado. Desde 2024, el presidente Daniel Noboa declaró un “conflicto armado interno” para enfrentar a más de 20 bandas criminales vinculadas al narcotráfico, el sicariato, la extorsión y el secuestro.
Esta declaración permitió la intervención militar en zonas urbanas, el endurecimiento de medidas de seguridad y operativos masivos como el realizado en Nueva Prosperina.
Sin embargo, la violencia no ha cesado. Solo en lo que va de 2025, Ecuador registra un promedio de un asesinato por hora y más de 4 600 homicidios en el primer semestre, una cifra sin precedentes en la historia reciente del país.
¿Quiénes están detrás del aumento de secuestros y asesinatos?
Los grupos criminales han evolucionado y ya no solo se dedican al narcotráfico, sino también al secuestro exprés, extorsión y tráfico de armas. Muchas de estas organizaciones tienen conexiones con cárteles internacionales y han infiltrado barrios enteros, donde reclutan menores de edad para delinquir.
El caso del adolescente detenido en este operativo ilustra cómo los jóvenes están siendo cooptados por bandas que operan con total impunidad en ciertos sectores urbanos. El uso de tricimotos también responde a estrategias de movilidad y camuflaje en zonas donde la policía tiene acceso limitado o enfrenta emboscadas.
¿Qué representa este rescate para la seguridad ciudadana?
Este rescate representa una victoria táctica para la Policía Nacional, pero también expone la vulnerabilidad de los turistas y el nivel de riesgo que implica visitar ciertas zonas de Guayaquil. Si bien las autoridades recomiendan evitar sectores de alta criminalidad, muchos visitantes extranjeros no están familiarizados con la geografía de la ciudad ni con las alertas de seguridad.
La posibilidad de que turistas sean secuestrados en pleno recorrido urbano representa un riesgo para la imagen internacional del país y podría afectar negativamente al sector turístico, uno de los motores económicos de Ecuador.
¿Qué medidas se están tomando ante la crisis de seguridad?
El Gobierno ecuatoriano ha desplegado operativos militares y policiales a gran escala, y se ha aprobado legislación que permite a las Fuerzas Armadas actuar en tareas de orden público. No obstante, organizaciones de derechos humanos han advertido sobre el uso excesivo de la fuerza y la falta de resultados estructurales en la lucha contra el crimen.
Mientras tanto, los secuestros, homicidios y extorsiones continúan creciendo en zonas urbanas y rurales, desplazando a comunidades y generando un clima generalizado de miedo.
El caso de los dos peruanos secuestrados en Guayaquil ilustra con crudeza la espiral de violencia que atraviesa Ecuador. Aunque la operación policial evitó un posible desenlace fatal, la realidad es que el país se encuentra inmerso en un conflicto interno no convencional, donde la línea entre crimen común y terrorismo urbano se diluye.
Guayaquil, antes considerada una ciudad de comercio y turismo, hoy se enfrenta a un desafío existencial: recuperar el control de sus barrios y restablecer la confianza tanto de sus ciudadanos como de quienes la visitan.