La diversidad natural del Perú vuelve a sorprender al mundo. Un estudio internacional liderado por la investigadora peruana Rosa Villanueva Espinoza, junto a los científicos Yunfei Deng, Robert Scotland y John R. I. Wood, ha revelado el descubrimiento de 21 especies y dos subespecies nuevas del género Justicia (familia Acanthaceae), consolidando al país como zona núcleo de diversidad botánica a nivel mundial.
Lo más revelador: 12 de estas nuevas especies fueron encontradas dentro de siete áreas naturales protegidas, evidenciando el rol fundamental que cumplen estos espacios en la conservación de especies únicas y aún desconocidas por la ciencia.
La investigación fue publicada en la prestigiosa revista científica PhytoKeys, y documenta un análisis exhaustivo de 45 especies del género Justicia, a partir de material tipo y colecciones botánicas de herbario. El estudio confirma que varios ejemplares fueron recolectados en áreas naturales protegidas y sus zonas de amortiguamiento, resaltando la importancia de estos espacios naturales no solo como refugios de vida silvestre, sino como laboratorios vivos para la investigación científica.
“Este hallazgo posiciona al Perú como uno de los centros de mayor diversidad del género Justicia en América del Sur y reafirma el valor de las áreas naturales protegidas como espacios insustituibles para el descubrimiento, protección y estudio de nuestra biodiversidad”, destacó el Sernanp.
Entre las especies descubiertas figuran:
- Justicia alpina subsp. machupicchuensis y Justicia valenzuelae en el Santuario Histórico de Machupicchu,
- Justicia cajamarcensis en el Bosque de Protección Pagaibamba,
- Justicia discolor y Justicia hialina en el Parque Nacional del Manu,
- Justicia huallagensis en el Bosque de Protección Alto Mayo,
- Justicia oppositiflora, Justicia oxapampensis, Justicia saccata y Justicia rojasiae en el Parque Nacional Yanachaga-Chemillén,
- Justicia oxapampensis también en la Reserva Comunal Yanesha,
- y Justicia tumbesiana en la Reserva Nacional de Tumbes.
Estas especies no solo enriquecen el patrimonio biológico del país, sino que muchas de ellas presentan características morfológicas adaptadas a sus entornos únicos, y poseen potencial ornamental y medicinal en contextos tradicionales.
Un impulso para la ciencia y la conservación
El análisis también reveló que 23 de las 45 especies estudiadas se distribuyen en 12 áreas naturales protegidas o en sus zonas de amortiguamiento. Este dato no solo refuerza la efectividad de estos espacios para conservar flora endémica, sino que impulsa a redoblar los esfuerzos de investigación y monitoreo científico dentro de ellas.
“Cada especie descubierta es una historia que apenas comienza. Las áreas naturales protegidas son verdaderos santuarios de conocimiento que debemos preservar con urgencia y orgullo nacional”, subrayó el Sernanp.