Cámara de Cusco exige eliminar venta presencial en Machu Picchu
La Cámara de Comercio de Cusco ha solicitado de manera enfática al Ejecutivo la eliminación de la venta presencial de entradas a Machu Picchu, calificándola como una medida que ha generado desorden, pérdida de visitantes y un impacto económico negativo en el turismo local.
Según su presidente, José Santoyo Vargas, el actual sistema —implementado tras la pandemia y mantenido hasta hoy— no solo contradice normas vigentes, sino que ha generado un entorno de incertidumbre, largas colas, pagos en efectivo y maltrato al visitante, que afecta gravemente la imagen internacional del santuario histórico.
¿Por qué se exige eliminar la venta presencial de boletos?
Santoyo explicó que la venta física va en contra de una resolución ministerial vigente que promueve la venta digital de entradas a Machu Picchu, generando un conflicto normativo que ha sumido al sistema turístico en el desorden.
“Antes de la pandemia, los boletos se vendían en línea y no había colas. Hoy, el turista debe quedarse más tiempo solo para conseguir una entrada, y pagar en efectivo en un sistema arcaico”, criticó en entrevista con Canal N. La Cámara de Comercio sostiene que este sistema genera pérdidas para empresas locales y para el propio Estado, al limitar la capacidad de atención organizada y confiable.
Consecuencias económicas para el turismo cusqueño
De acuerdo con cifras del gremio, el flujo turístico actual representa solo el 78 % del alcanzado en 2019. A pesar de que se proyecta un crecimiento al 85 % para fines de 2025, aún faltarían 500 mil turistas para recuperar los niveles prepandemia. Esto equivale, según Santoyo, a 17 mil empleos no reactivados.
“Chile, Colombia y México ya superaron sus cifras pre-COVID. Nosotros seguimos estancados por una gestión ineficaz de nuestro principal atractivo turístico”, declaró.
Boletos usados con fines políticos y chantaje social
La denuncia también alcanza la forma en que se distribuyen las entradas presenciales. Santoyo reveló que parte de los boletos son entregados directamente a organizaciones sociales locales, creando —según dijo— una red de intereses clientelistas.
“Si se intenta cambiar este sistema, hay amenazas de bloqueos. Se ha convertido en una herramienta de presión y chantaje político, que nada tiene que ver con la correcta gestión de un destino Patrimonio de la Humanidad”, advirtió.
Por ello, los gremios turísticos nacionales solicitan la derogación inmediata de la resolución directoral que impone la venta presencial y el retorno total a la venta digital internacional, como ocurre en destinos comparables como Chichén Itzá, Petra o la Torre Eiffel.