Cada 10 de julio se celebra el Día de Apreciación del Capibara, también conocido como ronsoco en Perú, el roedor más grande del mundo y un emblema de la biodiversidad amazónica. Conocido por su temperamento tranquilo y sociable, el capibara ha conquistado redes sociales y corazones en todo el mundo, convirtiéndose en un verdadero fenómeno cultural.
Desde 2024, la “capibaramanía” ha traspasado la pantalla: peluches, mochilas y artículos inspirados en este carismático animal inundan tiendas y mercados. Su figura, además de popular, representa el buen estado de conservación de los ecosistemas que habita, como la Reserva Nacional Pacaya Samiria, el Parque Nacional del Manu, entre otros. Allí, su presencia indica una rica salud ambiental.
Este animal semiacuático, que puede medir hasta 1.5 metros y pesar cerca de 50 kilos, es clave para el equilibrio ecológico. Se alimenta de vegetación acuática y terrestre, ayudando a regular el crecimiento de plantas y dispersar semillas. Vive en grupos sociales, se adapta perfectamente a humedales y riberas, y representa una especie fundamental para los ecosistemas amazónicos.
Sin embargo, el capibara enfrenta amenazas como la deforestación, el avance agrícola y el cambio climático. Por eso, entidades como Sernanp llaman a la acción para proteger tanto al ronsoco como a las áreas naturales protegidas del Perú. El Día del Capibara no solo es una celebración viral, sino un recordatorio del compromiso que debemos asumir con la conservación de la naturaleza.