En la Cordillera Negra en el Callejón de Huaylas, donde las montañas tocan el cielo y el aire huele a tierra viva, crece una planta que por siglos ha pasado desapercibida. Maguey, cabuya, penca, paqpa, chuchau: en Perú tiene decenas de nombres, y ninguno de ellos es “agave”. A pesar de que esta hierba perenne, gigantesca y terca, crece libremente desde California hasta el norte de Chile, su identidad ha sido monopolizada por México. Tequila y mezcal se han encargado de eso.
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