El bloqueo de carreteras por parte de mineros artesanales ha encendido las alarmas en distintas regiones del Perú. La protesta, centrada en la exigencia de una ampliación sin condiciones del Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo), ha paralizado tramos clave de las Panamericanas Norte y Sur, comprometiendo el abastecimiento del Gas Licuado de Petróleo (GLP) y productos de primera necesidad.
Aunque existen rutas alternas que permiten el paso de vehículos más pequeños, estas no resultan viables para el transporte adecuado de gas doméstico, lo que agrava la situación. Comerciantes y ciudadanos ya reportan dificultades logísticas, mientras crece el temor de una posible escasez de GLP en los próximos días, afectando tanto a familias como a industrias.
La Sociedad Peruana de Gas Licuado (SPGL) ha solicitado con urgencia la intervención del Gobierno para restablecer el tránsito en las principales vías del país. Advirtió que la prolongación de los bloqueos afectaría directamente la calidad de vida de millones de peruanos, además de generar pérdidas económicas significativas en el sector industrial por falta de suministro energético.
El GLP es un recurso fundamental para el consumo doméstico y el funcionamiento de numerosas industrias. Si no se restablece pronto el libre tránsito, las consecuencias podrían escalar rápidamente a una crisis de abastecimiento nacional. Las autoridades tienen el reto urgente de resolver este conflicto con los mineros informales sin poner en riesgo la seguridad energética y alimentaria de la población.