Los datos económicos de esta semana han reforzado la idea de que la economía estadounidense sigue desafiando los pronósticos pesimistas. Quienes esperaban que la Reserva Federal recortara sus tasas en julio se vieron decepcionados: el empleo sigue creciendo, el consumo resiste, y la presión política viene ahora desde otro frente —el fiscal.
Récords en Wall Street, pero la Fed espera
El jueves, Wall Street celebró. El S&P 500 y el Nasdaq marcaron nuevos récords, con subidas de hasta 1%, impulsados por los sólidos resultados de los Non-Farm Payrolls (NFP), que reportaron 147.000 nuevos empleos en junio, por encima de los 110.000 esperados. El desempleo cayó al 4,1%, y los ingresos por hora aumentaron un 3,7% en términos interanuales.
En paralelo, el índice ISM del sector servicios volvió al terreno positivo tras un mes en contracción, alcanzando los 50,8 puntos. La recuperación se refleja en producción, nuevos pedidos y estabilidad en los precios. La narrativa de recesión parece cada vez más desfasada.
El dólar: fuerte por fuera, débil por dentro
A pesar del rebote inicial tras los datos de empleo, el dólar perdió fuerza rápidamente. La paridad euro/dólar osciló entre 1,1730 y 1,1830, sin romper soportes clave. Los grandes fondos siguen apostando contra el billete verde, como lo reflejan los futuros del CME. Si la tendencia persiste, el euro podría dirigirse a niveles de 1,2350 en el mediano plazo.
La debilidad del dólar contrasta con la narrativa oficial de fortaleza económica y genera un espacio contradictorio: cada dato positivo parece reforzar su fragilidad estructural.
Déficit comercial al alza
En mayo, el déficit comercial de EE.UU. aumentó a 71.500 millones de dólares, desde los 60.300 millones del mes anterior. Las exportaciones cayeron 4% mientras que las importaciones se mantuvieron estables. Los mayores desbalances se registraron con la Unión Europea, México y Vietnam, aunque el déficit con China se redujo de manera significativa.
Este aumento en el déficit alimenta las críticas a la política de aranceles de Trump, que ha generado más tensión que resultados. A pocos días del vencimiento de la tregua comercial (9 de julio), solo Vietnam ha cerrado un acuerdo. La UE y Japón siguen negociando.
El petróleo rebota, pero persiste la incertidumbre
Los futuros del WTI cayeron a 66,8 dólares por barril el viernes, tras conocerse que la OPEP+ planea aumentar la producción en 411.000 barriles diarios en agosto. Aunque EE.UU. y Vietnam alcanzaron un acuerdo que dio algo de impulso al precio, la sobreoferta sigue generando dudas.
Por otro lado, Washington intensificó las sanciones contra el crudo iraní, elevando la tensión geopolítica. Aun así, el WTI acumula una subida semanal de casi 2%, tras tocar mínimos no vistos en los últimos dos años.
Saverio Berlinzani, ActivTrades.
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