Por Dirk Friczewsky, ActivTrades.
En el inicio del nuevo trimestre y del segundo semestre de 2025, J.P. Morgan Chase & Co. (NYSE: JPM), el mayor banco estadounidense, anunció el aumento de su dividendo trimestral y la puesta en marcha de un monumental programa de recompra de acciones.
- El dividendo por acción ordinaria pasará de 1,40 a 1,50 dólares para el tercer trimestre.
- Pero el gran titular es la autorización de un plan de recompra de acciones por USD 50.000 millones, con efecto a partir del 1 de julio de 2025.
Un Goliat de Wall Street
Para dimensionar esta cifra:
los USD 50 mil millones equivalen a casi la capitalización total del Deutsche Bank, el mayor banco alemán.
- J.P. Morgan cerró el 1 de julio con una capitalización bursátil de USD 807.077 millones.
- En contraste, Deutsche Bank apenas alcanza los USD 55.750 millones, al tipo de cambio actual.
- Traducido a escala: con ese programa de recompra, J.P. Morgan podría adquirir Deutsche Bank… casi 15 veces.
En cuanto a resultados, la comparación también es abrumadora:
- J.P. Morgan reportó un beneficio neto de USD 58.100 millones en 2024.
- Deutsche Bank, apenas EUR 3.800 millones en el mismo período.
Y en cuanto a balance:
- J.P. Morgan gestiona USD 4,4 billones en activos y declara USD 351 mil millones en capital.
¿Por qué recomprar acciones y no repartir más dividendos?
La recompra de acciones no es solo una forma de devolver capital. Tiene varias ventajas:
- Reduce el número de acciones en circulación, aumentando el beneficio por acción (EPS).
- Apoya el precio de la acción a mediano plazo, incluso si en el corto plazo no hay efecto inmediato.
- Compensa la dilución provocada por planes de stock options y acciones para empleados.
- Y, desde luego, beneficia directamente a la alta dirección, cuyos bonos suelen estar vinculados al desempeño de las acciones.
A diferencia de una dividendo extraordinario, que es una decisión única y directa, la recompra permite gestionar el capital de forma más flexible, y con impactos potenciales más duraderos sobre el mercado.
Conclusión
J.P. Morgan no solo reafirma su dominio financiero global, sino que envía una señal poderosa a los mercados: tiene liquidez suficiente para premiar a sus accionistas sin descuidar su balance.
Mientras bancos europeos como Deutsche Bank siguen jugando en liga menor, Wall Street confirma que su músculo está lejos de agotarse.
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