La Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) iniciará en agosto la instalación de cámaras de videovigilancia y botones de pánico en más de 8 mil buses y taxis autorizados, como parte de una estrategia para enfrentar la ola de criminalidad y extorsiones que afecta al transporte público. El presidente ejecutivo de la ATU, David Hernández, precisó que estas herramientas ayudarán a disuadir delitos y aportar evidencia a la Policía y al Ministerio Público.
La entidad ya comenzó el proceso de adquisición de 16,200 cámaras, que serán adjudicadas a través del Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE). Las unidades serán seleccionadas de forma aleatoria, pero se priorizarán aquellas que circulan por zonas de alta incidencia delictiva, como San Juan de Lurigancho y Lima norte, dos de los distritos más golpeados por el crimen organizado.
Cada unidad contará con un sistema que incluye un botón de pánico conectado al Centro de Gestión y Monitoreo de la ATU, desde donde se activarán protocolos de respuesta inmediata en caso de emergencia. Esta red de vigilancia permitirá intervenir con mayor rapidez en situaciones de riesgo, mejorando la seguridad de operadores y pasajeros, y contribuyendo a restaurar la confianza en el servicio.
La implementación ocurre en un contexto de creciente violencia: solo en lo que va del 2025, al menos 15 transportistas han sido asesinados por no pagar extorsiones. La ATU espera que estas medidas protejan a quienes dependen del transporte urbano, un sistema que moviliza diariamente a más de 10 millones de personas en Lima y Callao. El proyecto comenzará oficialmente en las próximas semanas, tras el cierre del proceso de licitación.