Este 24 de junio, la Amazonía peruana y varias regiones de la sierra vivirán una de sus fiestas más queridas y emblemáticas: la Fiesta de San Juan. Más que una celebración religiosa, es una expresión vibrante de identidad cultural que funde la espiritualidad cristiana con costumbres ancestrales en un ambiente lleno de energía y comunidad.
Las regiones de Loreto, San Martín, Ucayali y Amazonas, así como las provincias de la selva central como Oxapampa y Chanchamayo, se transforman en escenarios de procesiones, ferias gastronómicas, conciertos populares y danzas típicas. Todo gira en torno a San Juan Bautista, patrono del agua, figura espiritual profundamente venerada en estas tierras.
Pero la fiesta no se queda en la selva. En la sierra peruana, departamentos como Cajamarca, Áncash y Ayacucho también se suman al homenaje, con misas solemnes, festivales folclóricos y encuentros comunitarios.
Más que una fiesta: una herencia viva
La Fiesta de San Juan no solo celebra la fe. También es un momento de encuentro, orgullo e identidad, donde las comunidades reafirman sus raíces y transmiten tradiciones de generación en generación. La gastronomía típica —como el famoso juane—, las danzas y la música amazónica son parte esencial de esta jornada de unión.
Ya sea en la ribera de un río, en una plaza llena de ritmo, o en el calor de una familia reunida, San Juan es alegría, memoria y cultura viva.