La política comercial de Donald Trump vuelve a tensar los mercados globales. Si bien no se sienta en un trono como Luis XIV, el autodenominado “Rey Sol” francés, el expresidente estadounidense —y actual favorito republicano para 2026— parece compartir con él una visión absolutista del poder y de la economía. El paralelismo no es gratuito: así como Jean-Baptiste Colbert impulsó en el siglo XVII un mercantilismo proteccionista desde la corte de Versalles, Trump aplica hoy una receta similar desde su campaña, con aranceles, subsidios y control estatal del comercio exterior.
La última medida va en esa línea. La Casa Blanca anunció un plan para duplicar los aranceles al acero importado hasta un 50%, lo que generó una inmediata corrección en los mercados bursátiles asiáticos. El índice Nikkei225 cayó más de un punto en Tokio, mientras Hong Kong y Taipéi también registraron fuertes retrocesos. Los futuros de Wall Street, por su parte, amanecieron teñidos de rojo. Otra señal de que, en su visión de América primero, Trump parece creer que él es el Estado.
Tesla y la revolución del taxi autónomo
En paralelo, la tecnológica Tesla acaparó titulares con un anuncio disruptivo. Según confirmó Elon Musk, el próximo 12 de junio se lanzará en Austin, Texas, el esperado servicio de robo-taxis basado en conducción autónoma total (FSD). En una primera etapa se usará el modelo Y sin intervención humana. Si la prueba resulta exitosa, se implementará el “CyberCab”, una unidad diseñada sin volante ni pedales. La noticia sacudió a la industria del transporte urbano, donde muchos ya ven el inicio del fin para taxistas y conductores de plataformas.
Pese al anuncio, el mercado reaccionó con cautela: las acciones de Tesla cerraron el viernes 30 de mayo con una caída del 3,34%, cotizando a USD 346,46. El vértigo de la innovación no siempre va de la mano con el entusiasmo bursátil.
Dirk Friczewsky, ActivTrades.
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