La sobrecarga turística en Machu Picchu está alcanzando niveles alarmantes, lo que pone en riesgo la conservación de este invaluable sitio arqueológico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Según un informe reciente de la Contraloría General de la República, el número de visitantes diarios supera en gran medida los límites establecidos por las autoridades encargadas de la gestión del sitio, lo que está afectando tanto su estructura como su ecosistema.
La situación es aún más grave en áreas específicas de la ciudad inca, como la terraza superior de Machu Picchu, donde se registraron más de 2,500 visitantes en un solo día, mucho más que los 450 permitidos por las regulaciones. Este exceso de turistas, combinado con el paso constante de personas por la Red de Caminos Inca, está acelerando la erosión del suelo y el deterioro de las antiguas construcciones, como las escalinatas y los muros incas.
Además de la sobrecarga en el acceso, la Contraloría destacó una deficiencia en el cobro de tarifas. Aunque existe una tarifa específica para el acceso a la Ruta Realeza Diseñada, que recorre sectores emblemáticos del sitio, no se está aplicando correctamente. Esto afecta tanto al patrimonio como a las finanzas públicas, ya que no se está recaudando el dinero correspondiente a la entrada de los turistas.
Frente a estos problemas, la Contraloría ha instado al Ministerio de Cultura y otras autoridades a tomar medidas inmediatas para garantizar una gestión sostenible del flujo turístico. Si no se toman acciones urgentes, Machu Picchu podría ser incluido en la lista de Patrimonios de la Humanidad en peligro, lo que dañaría irreversiblemente su legado cultural y natural.