Violeta Ardiles Poma, escritora ancashina de 79 años, ha dedicado gran parte de su vida a la enseñanza y a la creación literaria infantil. Exdocente, poetisa y promotora del aprendizaje bilingüe, ha escrito más de 20 cuentos en castellano y quechua con los que ha inspirado a miles de niños en zonas rurales del país. Su trabajo no solo fortalece la identidad cultural, sino también el acceso temprano a la lectura.
Una parte importante de su obra ya cuenta con el registro de Derecho de Autor otorgado por el Indecopi, lo que le permite proteger legalmente su creación. “Ahora mis obras ya tienen su partida de nacimiento legal”, señala con orgullo en el programa Alma de Creadores, producido por el Indecopi y difundido en su canal de YouTube, donde se retrata la historia de autores peruanos que han hecho de la propiedad intelectual una herramienta de crecimiento.
En el marco del Día del Libro y del Derecho de Autor, la historia de Violeta Ardiles cobra especial relevancia. Para ella, la poesía fue siempre una aliada en el aula, y tras su jubilación, encontró en los cuentos infantiles una nueva forma de enseñar. Pese a las dificultades económicas para publicar, nunca abandonó su vocación. “Soy una escritora mendiga”, dice, recordando cómo vendía tejidos para financiar su primer libro.
Por su valiosa contribución a la educación y a la cultura, ha recibido múltiples distinciones, como las Palmas Magisteriales y el reconocimiento como Personalidad Meritoria de la Cultura. Hoy, su legado vive en cada niño que lee sus historias y en cada palabra tejida con amor por la literatura y las raíces del Perú.