Por Gustavo Pozzo di Florianni, especialista en Marketing y Economía del Comportamiento.
Hay marcas que nacen de una estrategia, y luego están las que nacen del corazón. JVS Kids es un ejemplo de lo segundo, un proyecto que no solo viste a los más pequeños, sino que también envuelve a las familias en historias de amor, calidez y recuerdos imborrables.
Todo comenzó con Cindy Salazar, una mamá que buscaba algo más que ropa para su bebé: quería suavidad, diseño y, sobre todo, una conexión emocional. Así surgieron las mantitas de algodón antialérgico, piezas únicas que no sólo abrigan, sino que también cuentan historias. Cada diseño está pensado para acompañar momentos irrepetibles: el primer sueño profundo, el abrazo protector en una noche fría o esa sonrisa al despertar.
Pero JVS Kids no se detuvo ahí. Con el tiempo, la marca ha crecido para ofrecer ropa y accesorios prácticos y estéticamente irresistibles, seleccionados con la misma dedicación que una mamá elegiría lo mejor para su hijo. Y aunque el mercado infantil está lleno de propuestas funcionales o sostenibles, JVS Kids ha encontrado su diferencial en algo más poderoso: el amor como eje central de su narrativa.
En un mundo donde el 68% de los padres peruanos descubren productos infantiles en plataformas como Instagram o TikTok, JVS Kids ha sabido adaptarse con autenticidad. Tras perder sus redes sociales anteriores, la marca decidió reconstruirse desde cero, no solo como un negocio, sino como una comunidad. Hoy en día, sus publicaciones no solo muestran productos; son ventanas a historias reales, consejos útiles y momentos felices compartidos por sus clientes.
La estrategia es clara: conectar desde la emoción y la cercanía. Porque más que vender mantitas o ropa, su marca busca ser ese lugar al que las mamás recurren cuando necesitan inspiración o simplemente un recordatorio de que están haciendo un gran trabajo.
En un sector donde muchas marcas priorizan atributos técnicos como seguridad o sostenibilidad (que también son importantes), Cindy apuesta por algo más profundo: crear productos con alma. Cada mantita es una extensión del amor maternal; cada prenda está diseñada pensando en esos momentos únicos que las familias atesoran para siempre.
