El paro de transportistas en Lima y Callao este jueves 10 de abril viene provocando un caos en el transporte público. Más de 460 empresas suspendieron sus servicios debido a la creciente inseguridad, que ha causado la muerte de varios conductores en las últimas semanas. La falta de buses en puntos clave como Puente Nuevo, Atocongo y Santa Anita dejó varados a miles de pasajeros desde temprano.
La protesta fue detonada por la creciente violencia y extorsiones contra transportistas, especialmente en áreas de riesgo. Los transportistas bloquearon rutas clave, como la Panamericana Norte, y marcharon al Congreso exigiendo al gobierno de Dina Boluarte acciones más enérgicas contra la delincuencia, incluyendo mayor patrullaje policial y protección laboral.
Ante la emergencia, la Policía Nacional del Perú (PNP) activó un plan de contingencia, movilizando más de 13,000 efectivos y 22 buses (generalmente de uso policial) para trasladar a ciudadanos afectados, priorizando a los varados en paraderos clave. Sin embargo, colectivos informales han aprovechado la alta demanda para aumentar drásticamente los precios en varias rutas.
El paro, uno de los más importantes del año, subraya la grave crisis del sector transporte. Los conductores protestan por la inseguridad y la falta de apoyo estatal frente a la violencia. La movilización exige una respuesta gubernamental urgente para proteger a los trabajadores y garantizar su seguridad.