Juan José Santiváñez, ministro del Interior de Perú, regresó al país este domingo 9 de marzo, tras su viaje a Europa. Su arribo al aeropuerto Jorge Chávez estuvo marcado por la presencia de un grupo de simpatizantes que lo recibieron con pancartas de apoyo dirigidas a la Fiscalía y al Poder Judicial. Este regreso se produce en un contexto complicado, ya que el ministro está siendo investigado por presunto abuso de autoridad y corrupción.
La investigación contra Santiváñez está relacionada con la filtración de audios que lo vinculan con irregularidades. En estos, se revela que el ministro habría tenido conversaciones con un policía sobre manipulación de la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (Diviac), e incluso se menciona una posible orden para espiar al periodista Marco Sifuentes. Estas pruebas han sido claves para que la Fiscalía solicite un impedimento de salida del país por 18 meses.
La llegada de Santiváñez ha generado controversia, especialmente porque se reveló la existencia de un grupo de WhatsApp, donde se discutía la contratación de una “portátil”, un grupo de personas para dar apoyo digital al ministro. Según las filtraciones, efectivos policiales participaron en la organización de esta campaña de imagen, lo que ha puesto en duda la genuinidad del respaldo que el ministro recibe.
A pesar de las investigaciones en su contra, Santiváñez mantiene su cargo y sigue siendo un personaje clave dentro del gobierno. Su regreso al país en medio de estas acusaciones refleja el ambiente de tensión política, donde las denuncias de abuso de poder y corrupción se entrelazan con la lucha por mantener el apoyo popular y la imagen pública. El futuro del ministro dependerá de cómo avancen las investigaciones y de su capacidad para enfrentar las acusaciones.