La memoria de las mariposas dirigida y escrita por Tatiana Fuentes Sadowski, producida por Lali Madueño, editada por Fuentes, Fernanda Bonilla y Elizabeth Landesberg, ganó el prestigioso premio FIPRESCI de la Federación Internacional de los Críticos de la Prensa Cinematográfica en la sección Forum del 75 Festival de Cine de Berlín, así como también la Mención Especial del jurado internacional de la sección documental encabezado por la reconocida brasileña Petra Costa.
Latino América estuvo representada con 36 películas, entre ellas las 13 brasileñas y 6 mexicanas que son testimonio de la inversión de sus gobiernos en el cine nacional. En la noche de entrega de los premios más importantes, también fueron reconocidas con el Oso de Plata El mensaje de Iván Fund (Argentina) y O último azul de Gabriel Mascaro (Brasil). Otras películas galardonadas fueron las brasileñas Hora do recreio de Lucia Murat y Atardecer en América de Matías Rojas Valencia además de la paraguaya Bajo las banderas, el sol de Juanjo Pereira, y la mexicana El diablo fuma (y guarda las cabezas de los cerillos quemados en la misma caja) de Ernesto Martínez Bucio. La Berlinale, como se conoce, ha sido un festival importante para el cine peruano. La teta asustada ganó el Oso de Oro en 2009, marcando así un hito histórico para la cinematografía peruana. La entrega del premio impresionó al público cuando Magaly Solier, inesperadamente dio los agradecimientos y terminó cantando en quechua. El año pasado, Reinas de Klaudia Reynicke (2024) recibió el premio a la mejor película en la sección de GenerationKplus.
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La Memoria de las Mariposas, ópera prima de Tatiana Fuentes, nacida en Lima pero residente del Valle Sagrado, formada en Artes Escénicas en la PUCP y en Cine y Nuevas Tecnologías en LeFresnoy, Francia, y fundadora de MITI Films, es un documental investigativo y experimental. La película sigue las huellas de Omarino y Aredomi, dos jóvenes que se encuentran en una fotografía en el archivo del irlandés Roger Casement (personaje en la novela de Vargas Llosa, El sueño del Celta) donde éste documenta y denuncia el genocidio de aproximadamente 40,000 indígenas perpetrado por la Casa Arana durante el boom del caucho en la zona del río Putumayo en Perú y Colombia. La cámara interroga el archivo y la voz en off de la directora, se pregunta ¿Cómo llegaron estos dos chicos que aparecen en la foto cogidos de la mano a Londres? ¿Cómo regresó esta foto a Iquitos—específicamente a la exhibición organizada por el Centro de Estudios Amazónicos en el 2014 y el Álbum de Fotografías: Viaje de la Comisión Consular al Río Putumayo y Afluentes donde la vio la directora? En una entrevista en Berlín, Tatiana Fuentes nos cuenta que la foto de estos dos muchachos literalmente la atrapó llevándola a adentrarse en los archivos del horror perpetrado por la temprana industria extractivista en la Amazonía. Durante más de 5 años de indagar en estos archivos, Tatiana Fuentes y su equipo devolvieron la fotografía a los sobrevivientes del holocausto cauchero. Estos a su vez la intervinieron, como vemos en el documental y la foto aquí. El documental también conecta el pasado con el presente cuando la directora se pregunta sobre el legado de su hijo, cuyos antepasados, los Morey, habían coincidido con los Arana en reuniones de negocios. ¿Qué habrían pensado ellos de los crímenes perpetrados por los Arana? ¿Dijeron algo? ¿Callaron?
Detrás de las fotos propagandísticas y triunfales del descubrimiento del caucho y la invención del proceso de vulcanización que permitió la creación de llantas que aceleraron el auge del capitalismo y el extractivismo que está destruyendo la Amazonía, están estas imágenes del horror. Está también la creación de la Amazonía como fuente valiosa de productos (madera, caucho, oro, drogas) y círculos de destrucción, como lo vemos en la película brasileña O último azul donde las llantas que ya no sirven son mandadas de regreso a la Amazonía como basura, formando verdaderas murallas no verdes sino negras de caucho en las orillas de los ríos.
En palabras de Tatiana Fuentes, es importante hablar de la Amazonía particularmente en el Perú porque es la región que desde Lima menos se conoce y que tiene muchos más imaginarios coloniales que persisten. Como nos explicó “es una región donde hay mucha resistencia de los pueblos indígenas luchando contra industrias como la minería ilegal que hace tanto daño, no solo a la Amazonía como ecosistema sino al mundo entero. Hay una realidad muy dura: Perú y Brasil son dos de los países con más líderes ambientales asesinados en el mundo. Estos líderes ambientales son indígenas y son los que defienden los bosques no solo para ellos sino para todo el planeta”. Y concluyó, “Es magnífico que haya varias películas que hablan de la Amazonía en la Berlinale”.