En la última década, la participación de energías renovables en la matriz energética peruana ha crecido, pasando de apenas 0,2 % en 2012 a 8,6 % en 2024. Aun así, la cifra sigue siendo baja frente al enorme potencial del país. A nivel global, la energía solar y eólica han pasado de representar el 2 % de la generación en 2010 al 12 % en 2022, y la Agencia Internacional de Energía (AIE) proyecta que podrían llegar al 70 % para 2050.
Para Carlos Túpac-Yupanqui, gerente comercial de Celepsa, el cambio depende de actualizar la regulación y fomentar la generación distribuida. “El desarrollo de las energías renovables avanza, pero para acelerar su integración es clave ajustar el marco normativo y facilitar su implementación a gran escala. Desde nuestro rol, impulsamos esta transformación promoviendo un nuevo marco regulador”, señala.
Obstáculos en el camino
A pesar del crecimiento del sector, hay barreras que limitan un despegue más agresivo de las renovables en el Perú:
- Regulación desactualizada: Aunque se han dado pasos importantes, el marco normativo sigue siendo un freno para nuevas inversiones. Modernizarlo permitiría agilizar la adopción de tecnologías limpias y optimizar el sistema eléctrico.
- Trabas en permisos y acceso a terrenos: La burocracia y la dificultad para acceder a tierras aptas para proyectos energéticos retrasan la ejecución de inversiones y ponen en riesgo su viabilidad.
- Problemas en la cadena de suministro: La disponibilidad de turbinas eólicas, paneles solares y baterías sigue afectada por disrupciones globales, a lo que se suman deficiencias logísticas en el país.
- Equilibrio entre sostenibilidad y estabilidad: La intermitencia de las energías renovables aún plantea desafíos. Fuentes como el gas natural y los sistemas de almacenamiento jugarán un papel clave en garantizar un suministro confiable mientras avanza la transición.
Un futuro con oportunidades
Pero no todo es cuesta arriba. Hay factores que pueden acelerar el proceso:
- Mayor demanda de energía limpia: Grandes empresas buscan fuentes más sostenibles, lo que abre espacio para nuevos proyectos renovables de gran escala.
- Recursos naturales privilegiados: El Perú tiene un potencial de primer nivel en energía solar, eólica e hidroeléctrica. Celepsa, por ejemplo, tiene en marcha una cartera de proyectos que suman 1000 MW de capacidad instalada.
- Innovación y alianzas estratégicas: La investigación y el desarrollo tecnológico pueden marcar la diferencia. Iniciativas como Energízate Perú, que impulsa proyectos innovadores, muestran el rol que pueden jugar la academia y el sector privado.
El país tiene el potencial para acelerar su transformación energética. Pero hacerlo dependerá de decisiones políticas, colaboración entre sectores y una apuesta decidida por un futuro más sostenible.