Desde el penal de Huaral, al norte de Lima, Luis Ruiz Berríos, conocido como ‘Muelas’, estaría orquestando una red criminal de extorsión que ha comenzado a llamar la atención no solo por su crueldad, sino también por su sofisticado modus operandi. Según una exhaustiva investigación realizada por la División de Investigación Contra Crimen Organizado de la Policía Nacional del Perú (PNP) y revelada por el dominical Punto Final, el líder de la organización criminal estaría utilizando a menores de edad como actores principales en atentados con explosivos dirigidos a comerciantes que se niegan a ceder a sus demandas extorsivas.
El proceso de extorsión, que involucra a jóvenes de apenas 17 años, consiste en la colocación de granadas de guerra en negocios, principalmente en distritos de Lima Norte. Este patrón de ataque ha sido repetido en varias ocasiones, afectando a pequeños y medianos empresarios que se ven obligados a ceder a las exigencias de los criminales por temor a represalias violentas.
El modus operandi de ‘Muelas’
La mecánica detrás de estos ataques es tan alarmante como meticulosa. Según las investigaciones, los adolescentes, muchas veces reclutados bajo promesas de dinero o coacciones, son enviados a ubicar y colocar artefactos explosivos en los locales comerciales que se resisten a pagar las “vacunas” o extorsiones solicitadas. El caso más reciente, ocurrido en el distrito de Ventanilla, reveló detalles escalofriantes. Dos menores de edad fueron interceptados cuando llevaban una mochila que contenía una granada de guerra operativa, además de planos detallados del local de la víctima y una carta con amenazas firmadas por ‘Muelas’.
Este atentado fue frustrado por la rápida intervención de la División de Investigación Contra Crimen Organizado de la PNP, que logró incautar el artefacto explosivo antes de que fuera detonado. La granada, un modelo RGB-5 de fabricación rusa, se considera de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas peruanas, lo que apunta a la existencia de redes de corrupción dentro de los polvorines militares, capaces de desviar armamento de alta peligrosidad hacia los mercados ilegales.
La vulnerabilidad del sistema penitenciario
El caso expone una grave vulnerabilidad en el sistema penitenciario peruano. Aunque ‘Muelas’ cumple prisión preventiva desde 2024 por delitos graves como sicariato, se ha mantenido al mando de su organización criminal desde la cárcel, evidenciando una falencia estructural en el control y la seguridad en los penales. Este tipo de operaciones, que se gestionan desde dentro de los recintos carcelarios, no solo desafían la autoridad penitenciaria, sino que también demuestran el nivel de sofisticación y alcance de las redes criminales que operan en paralelo al sistema legal.
El riesgo creciente de la participación de menores
La inclusión de menores en actividades delictivas no es una novedad, pero su involucramiento en actos tan violentos como atentados con explosivos es una preocupación creciente. En este caso, los adolescentes no solo se ven atrapados en una espiral de violencia, sino que también son manipulados y utilizados por adultos como ‘Muelas’, quienes explotan su vulnerabilidad y falta de experiencia para llevar a cabo sus objetivos criminales.
El modus operandi de estos grupos no se limita a extorsionar a empresarios: también utiliza a menores de edad como piezas clave en un engranaje criminal que pone en riesgo la vida de civiles inocentes, incluidos otros jóvenes forzados a participar en actos de violencia.
Investigación en curso
Mientras la investigación continúa, se esperan más detenciones dentro de esta red criminal que ha logrado operar bajo el radar durante meses. Los peritajes realizados por la Unidad Especializada en Explosivos (UDEX) han sido fundamentales para rastrear los orígenes del armamento y confirmar las conexiones con redes de corrupción dentro del ámbito militar, lo que agrava aún más el impacto de este tipo de delitos.
La intervención policial ha sido clave para frenar el avance de esta organización, pero el caso pone en evidencia una problemática mucho más compleja: la creciente presencia de menores en el crimen organizado y la preocupante infiltración de redes criminales en diversos sectores del país, incluido el ámbito penitenciario y militar.
El caso de Luis Ruiz Berríos, alias ‘Muelas’, representa un grave desafío para las autoridades y deja al descubierto una realidad escalofriante: las cárceles se han convertido en puntos estratégicos para la coordinación de operaciones delictivas, y los jóvenes vulnerables, manipulados por estos grupos, son ahora una pieza clave en sus atentados violentos.