Un informe de Perú21 reveló que la empresaria Sada Goray financió con S/ 44 mil la campaña al Congreso de su amigo Enrique Alva Rojas, candidato de Acción Popular en 2020. Lo hizo con la expectativa de beneficios futuros si él lograba llegar al Congreso. A pesar de la falta de recursos de Alva, Goray contribuyó a su publicidad. Al asumir su curul en 2021, Alva agradeció a Goray, y poco después, ella fue presentada a Darwin Espinoza, presidente de la Comisión de Vivienda del Congreso.
En septiembre de ese mismo año, un grupo de individuos se reunió, lo que marcó el inicio de una posible y compleja trama de corrupción. Según las declaraciones de un aspirante a colaborador eficaz, esta situación involucró una suma de un millón de soles que se destinó para impulsar la creación y aprobación de leyes que, de manera particular, favorecían los negocios de Goray. Este triunfo, que en el contexto actual podría ser considerado como una victoria significativa, plantea serias preguntas sobre la integridad del proceso legislativo y las conexiones que hubo entre los distintos actores involucrados.
Según Perú21 un aspirante ha colaborador eficaz ha detallado minuciosamente cómo el congresista Darwin Espinoza recibió, a través de Sada Goray, un millón de soles. Según su relación, este beneficio tenía como propósito impulsar un decreto y una ley que favorecieran a comerciantes atuneros, entre ellos amigos y socios de Goray.
Se indica que todas esas gestiones, reuniones y actos ilícitos no habrían sido posibles sin la arriesgada apuesta que Sada Goray llevó a cabo, la cual, en su momento, se demostró un triunfo.