Por Gustavo Pozzo di Florianni, especialista en Marketing y Economía del Comportamiento.
Hoy conversé con el ingeniero y empresario Roque Benavides, una figura emblemática en el sector minero peruano y presidente del directorio de la Compañía de Minas Buenaventura. Con más de 50 años de trayectoria en la industria, Benavides ha sido un pilar fundamental en el desarrollo económico del país, llevando a su empresa a convertirse en un referente no solo en Perú, sino también en el ámbito internacional.
Cuando le pregunté sobre los principales obstáculos que enfrentan los empresarios en el país, su respuesta fue clara y contundente: corrupción, informalidad y centralismo. “Estos son los demonios que acechan a cualquier emprendedor”, afirmó con un tono que combinaba frustración y determinación.
La corrupción, esa sombra que se cierne sobre cada transacción, es un enemigo formidable que desdibuja la confianza. La informalidad, por otro lado, es una trampa mortal; más del 70% de la economía peruana opera al margen de la ley, lo que dificulta a quienes buscan construir negocios sólidos. Y el centralismo, ese monstruo que concentra poder y recursos en Lima, deja a las regiones en una lucha constante por ser escuchadas.
Sin embargo, Roque no se detiene en la queja. Propone soluciones concretas: “La formalización debe ser más accesible. En algunos países bálticos, formar una empresa toma apenas 15 minutos; aquí puede llevar un año”. Su crítica a la burocracia es mordaz, pero también constructiva. “Necesitamos un Estado que facilite el emprendimiento y no lo complique”, añade, enfatizando la necesidad de políticas públicas que realmente apoyen a quienes desean contribuir al crecimiento del país.
En un giro hacia el futuro, también reflexiona sobre el papel de las grandes empresas en el ecosistema emprendedor. “Las grandes compañías deben actuar como catalizadores de innovación”, sostiene. En Buenaventura, han creado el Hub de Innovación Minera, donde colaboran con otras empresas para impulsar avances tecnológicos. “No competimos entre nosotros; competimos por eficiencia”, dice con entusiasmo, dejando claro que la colaboración es clave para el progreso.
Al abordar las políticas públicas necesarias para fortalecer el emprendimiento, Roque no escatima en propuestas. “Simplificar trámites es esencial”, afirma con firmeza. Además, destaca la importancia de combatir la delincuencia para generar confianza entre los inversores.
Finalmente, dejó una frase inspiradora que resuena con fuerza: “El pasado es historia, el futuro es incierto; hoy es un regalo, por eso se llama presente.” Esta reflexión encapsula su filosofía sobre cómo enfrentar los retos del día a día con optimismo y determinación.
En este contexto, Roque también compartió un consejo valioso para las nuevas generaciones: “Primero, sean optimistas. El Perú es más grande que sus problemas. Las nuevas generaciones tiran la esponja demasiado rápido. El Perú ofrece un montón de oportunidades. Estudien todo lo que puedan, aprendan todos los idiomas que puedan, especialmente inglés, que es fundamental. No es fácil emprender si no se es parte de la globalización. Esfuércense y traten de aprender idiomas.” Su visión sobre la importancia del aprendizaje continuo y la adaptación al mundo globalizado resuena profundamente en un entorno empresarial cada vez más competitivo.
Roque Benavides no solo es un líder empresarial; es un ejemplo vivo de cómo la perseverancia y la innovación pueden abrir caminos hacia un futuro más prometedor para todos los peruanos. Su compromiso con el desarrollo del país y su visión estratégica continúan inspirando a nuevas generaciones de emprendedores en esta tierra llena de oportunidades y desafíos.