Por Enrique Hernández
La exclusión de México del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), —como lo piden los premiers de Alberta y Ontario—, amenaza a las inversión de las mineras canadienses realizadas en tierras mexicanas.
“Si Canadá optara por no continuar con el acuerdo de libre comercio, se verían seriamente afectadas (las operaciones de las mineras canadienses en México), pues en buena medida su productividad radica en que sus productos están libres de aranceles”, advierte Marcos del Rosario Rodríguez, director del Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos del ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara.
“Cuando el primer ministro de Ontario y la primera ministra de Alberta se han pronunciado por una salida de Canadá del T-MEC, tales narrativas se acercan más a cuestiones de carácter político que a una toma de decisión real y razonada”, expresa el catedrático de la institución educativa.
Las inversiones de las mineras canadienses se trastocan con la expulsión de México del T-MEC, ya que “traería consigo una afectación significativa, particularmente en actividades como la minería”, expresa el investigador.
Aún cuando Canadá y México dejarán de tener relaciones de libre comercio, las empresas mineras legalmente constituidas en la economía permanecerán, pero “el costo de operación y arancelario podría generar disminuciones sensibles a sus ganancias”, comenta Marcos del Rosario Rodríguez.
El 12 de noviembre de 2024, Doug Ford, primer ministro de Ontario, propuso expulsar a México del acuerdo comercial de América del Norte (T-MEC) y planteó la idea de volver a un pacto bilateral con Estados Unidos.
“Desde que firmó el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá, México se ha convertido en una puerta trasera para los automóviles, autopartes y otros productos chinos en los mercados canadiense y estadounidense, poniendo en riesgo los medios de vida de los trabajadores canadienses y estadounidenses y socavando nuestras comunidades”, acusó el funcionario. “El libre comercio debe ser justo”, dijo.
Cuatro días después, Danielle Smith, primera ministra de Alberta, expresó que se encuentra a favor de excluir a México del tratado comercial de América del Norte (T-MEC), como lo había propuesto Doug Ford.
“Si podemos lograr un acuerdo bilateral, creo que eso nos permitiría evitar los aranceles y tener una relación realmente constructiva con Estados Unidos”, agregó la primera ministra de Alberta.
“El verdadero problema que tenemos es que México no ha sido un socio en igualdad de condiciones con Estados Unidos. Además de eso, están invitando a China a invertir en su país”, apuntó.
Las regulaciones del capítulo XI del TLCAN, —un acuerdo comercial suscrito en 1993 por México, Estados Unidos y Canadá—, impulsó las inversiones extranjeras (vía concesiones) en la actividad minera o extractiva en diferentes regiones de México.
Al menos 214 empresas canadienses se dedican a la minería en México, una nación en la que han invertido más de 8 mil 933 millones de dólares para instalar sus operaciones de extracción de oro, plata, zinc y otros metales, según la Secretaría de Economía (SE).
Las empresas de minerales metálicos y no metálicos operan en Zacatecas, Guerrero, Durango, Sonora, Chiapas.
Entre las compañías que llegaron a México son Blackfire Exploration, Torex Gold, Aurcana Corporation, First Majestic, Excellon Resources, Hochschild Mining, Newmont, Southern Silver Exploration, Alamos Gold, Agnico Eagle Mines, Equinox Gold, y Pan American Silver.
Al 27 de noviembre de 2024, las acciones de Newmont cotizaban en 37.950 dólares, los títulos de Pan American Silver eran vendidos en 20.56 dólares y los papeles de Equinox Gold 5.12 dólares, según ActivTrader, la plataforma de trading de ActivTrades.
Después de 1996, la presencia de las empresas mineras canadienses en territorio mexicano se volvió mayoritaria no sólo por su número, sino también por los montos destinados dentro del espectro de la inversión extranjera en México, aseguró María Teresa Gutiérrez Haces, investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
México se ha convertido en el primer país anfitrión para la inversión minera extranjera en América Latina, el cuarto del mundo, y actualmente ocupa el quinto lugar respecto de las ventajas que ofrece a la entrada de capitales, manifestó la catedrática de la UNAM.
“A partir de 1996, la inversión canadiense en la industria minera ha venido incrementándose, seguida por la estadounidense”, dijo.
Canadá no sólo ocupa el primer lugar en producción minera a nivel mundial, sino que también es el país con mayor preponderancia en lo que a inversión se refiere en México y América del Sur
Durante la negociación del Tlcan, la minería tuvo una suerte muy distinta a la del petróleo mexicano.
Aquélla no pudo negociarse como una cláusula de excepción, básicamente porque estaba en manos de empresas privadas mexicanas y a las mineras no les interesaba autoexcluirse de los beneficios de los bajos aranceles en América del Norte.
Aunado a ello, el sector minero mexicano se encontraba bajo circunstancias diametralmente opuestas a las del petróleo, que después de 1938 se convirtió en un monopolio estatal.
Mientras que las empresas mineras en Estados Unidos y Canadá ya operaban internacionalmente, México aún no lo hacía y en donde las empresas mineras mexicanas eran casi imbatibles y estaban protegidas por el gobierno.
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