El Cardenal Carlos Castillo expresó su profundo rechazo hacia la obra de teatro María Maricón, presentada recientemente en el Festival de Artes Escénicas de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), calificándola como una “publicidad injuriosa hacia nuestra fe cristiana”. En un comunicado oficial, el Arzobispo y Gran Canciller de la PUCP condenó el contenido de la obra, que generó controversia al abordar temas religiosos desde una perspectiva artística controversial.
Castillo explicó que la decisión de suspender la representación respondía a la necesidad de corregir los elementos de la obra que consideraba agresivos e irrespetuosos hacia los valores fundamentales de la fe católica y la comunidad universitaria. Según el Cardenal, la PUCP no puede permitir actos que vayan en contra de su espíritu fundacional y de su identidad católica.
“Como Arzobispo y Gran Canciller de la PUCP, rechazo profundamente cualquier publicidad que atente contra nuestra fe cristiana. La obra ya ha sido suspendida hasta que se rectifiquen los elementos que consideran ofensivos para la fe de nuestro pueblo”, afirmó en su misiva.
El líder religioso destacó que, además de la rectificación pública, la universidad debe adherirse a sus normas internas, precisando las faltas cometidas. Asimismo, subrayó que no solo se requiere una disculpa, sino también el cumplimiento de los principios establecidos en el estatuto de la universidad.
“Así como en la Iglesia hubo y aún persisten sectores que han instrumentalizado la fe con fines ideológicos, también hay quienes frivolizan nuestra fe. Sin embargo, no se trata de toda la comunidad de la PUCP”, puntualizó Castillo.
En su llamado a la institución, el Cardenal instó a renovar el compromiso con los principios fundacionales de la PUCP, en línea con las reformas impulsadas por el Papa Francisco, a quien apoyó en el proceso de transformación de las instituciones católicas. “Con el Papa Francisco, estamos en un camino irreversible hacia la sinodalidad. Convoco a todos los miembros de la universidad a actuar en favor del bien común, dejando de lado intereses particulares”, concluyó.
El incidente ha generado un debate amplio, tanto dentro de la universidad como en la sociedad en general, sobre la libertad artística y el respeto a las creencias religiosas.