Una serie de incendios forestales han arrasado barrios enteros en el condado de Los Ángeles, en California. El fuego ha destruido a su paso cientos de viviendas y negocios en los barrios de Pacific Palisades, Eaton, Hurst y Woodley.
Los servicios de emergencia han tenido que luchar contra las llamas de día y de noche que, debido a fuertes vientos y la resequedad de la vegetación, avanzaba rápidamente.
Las velocidades de lo vientos van entre 95-130 km/h son comunes, pero pueden ocurrir ráfagas de hasta 160 km/h durante los peores eventos de lo que se conoce como los vientos de Santa Ana.
De acuerdo a Matt Taylor, meteorólogo de la BBC, “estos vientos ocurren cuando una gran área de alta presión se establece sobre el interior del oeste de EE. UU., alrededor de la Gran Cuenca, un área que incluye gran parte de Nevada y Utah, Idaho y el sureste de Oregón”.
“Estas regiones son generalmente secas y desérticas, lo que significa que allí se generan vientos secos que fluyen de este a oeste, y llegan a California carentes de humedad, indica, por su parte, una publicación del Servicio Nacional de Meteorología (SNM) estadounidense”.
El presidente del Ayuntamiento de Los Ángeles, Marqueece Harris-Dawson, describió la noche de los incendios como “una de las más devastadoras y aterradoras noches que hemos visto en cualquier parte de nuestra ciudad”.
Los equipos de emergencia están arriesgando sus vidas y el jefe de bomberos de Los Ángeles advirtió que estaban “al límite de su capacidad”.
Pacific Palisades, un área residencial, densamente poblada entre las montañas de Santa Mónica y el Océano Pacífico. Aquí el incendio comenzó el martes 7 y en menos de 24 horas, debido a los fuertes vientos, se extendió por casi 1 200 hectáreas.
Alrededor de 40 000 residentes fueron obligados a evacuar sus casas y 15 000 estructuras estaban en riesgo de incendiarse. Cientos de hogares quedaron sin electricidad las personas no podían comunicarse para informarse sobre la situación.