En el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16), el Pabellón Perú acogió el panel “Bioeconomía: Amayu, desarrollando cadenas de valor sostenibles que preservan la biodiversidad”. Este evento reunió a representantes de diversos sectores para discutir los avances y desafíos del proyecto “Super Frutos que Conservan Bosques”, impulsado por el Grupo AJE. La iniciativa tiene como objetivo preservar los bosques amazónicos en Perú, Colombia y Ecuador a través de la producción de bebidas a base de frutos nativos recolectados por comunidades locales.
Amayu: un modelo de sostenibilidad basado en la biodiversidad
Alberto Suárez, gerente de Amarumayu, abrió el panel resaltando el compromiso de Grupo AJE con la conservación de la biodiversidad. “No se puede conservar si no hay alianza entre todos los sectores”, señaló Suárez, quien destacó cómo la empresa, nacida en Ayacucho, ha evolucionado hacia un modelo de negocio sostenible que involucra a comunidades amazónicas. Este enfoque, según Suárez, permite mantener más de cuatro millones de hectáreas de bosque, generando ingresos para más de 400 familias y 25 comunidades amazónicas.
El proyecto Superfrutos que conservan bosques se centra en la producción de bebidas bajo la marca Amayu, elaboradas con frutos como el aguaje y el camu camu. Estas frutas son recolectadas de manera sostenible por comunidades amazónicas, lo que contribuye a la conservación del ecosistema y al desarrollo económico local. Según Suárez, esta iniciativa ha permitido la compra de más de 2 millones de kilos de frutos y colaborar con el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) para proteger áreas clave de la Amazonía.
Marcos Pastor, director de Desarrollo Estratégico del Sernanp, destacó la importancia de estas alianzas para la conservación. “Estamos trabajando en la certificación de la marca Amayu para que pueda ser reconocida en Europa, lo que abriría nuevas oportunidades de exportación con cero deforestación”, explicó. Este paso, añadió, permitirá posicionar a Perú como un país comprometido con la sostenibilidad y la protección de sus recursos naturales.
Alianzas para la conservación y el desarrollo cultural
Otro tema central del panel fue la importancia de integrar el valor cultural de las comunidades indígenas en los proyectos de bioeconomía. Mónica Oliveros, de Unesco Perú, subrayó que la crisis ambiental actual requiere una visión holística que reconozca tanto los valores ecológicos como los culturales de los territorios amazónicos. “Esta mirada integrada es clave para mejorar nuestras acciones y alianzas”, afirmó Oliveros, quien también resaltó la relevancia de proyectos que promuevan la revitalización de lenguas nativas en peligro de extinción.
En ese sentido, Suárez destacó la colaboración de Amayu con la Unesco para la revitalización de lenguas indígenas en Perú, un esfuerzo que busca fortalecer la identidad cultural de las comunidades amazónicas y asegurar la sostenibilidad a largo plazo. “No hay conservación real de la biodiversidad sin la recuperación y fortalecimiento de la identidad cultural”, concluyó Suárez.
El impacto de Amayu y el futuro de la bioeconomía
El proyecto Amayu ya ha comenzado a replicarse en Ecuador y Colombia, y cuenta con el apoyo de organizaciones internacionales. La expansión de esta iniciativa no solo implica la conservación de más áreas de bosque, sino también la creación de nuevas cadenas productivas sostenibles que benefician a comunidades locales.
Uno de los momentos más destacados del panel fue la intervención de Domingo Peas, líder indígena y presidente de Cuencas Sagradas. Peas comenzó su intervención recordando la profunda conexión entre la Amazonía y todos los seres vivos: “Todos los humanos y los seres vivos dependemos de la Amazonía. La Amazonía es pulmón y corazón del mundo”. Resaltó que, para las comunidades indígenas, la Amazonía es mucho más que un recurso natural: “Para los indígenas, la Amazonía es un ser vivo que muchos de afuera no entienden. Por eso estamos aquí, para aprender juntos”.
El líder también hizo un llamado a la reflexión sobre la relación del ser humano con la naturaleza y el impacto del consumismo: “Estamos buscando dinero, pero al buscar dinero, estamos destruyendo nuestra Madre Tierra. El oro, ¿quién lo come? Nadie. El petróleo, ¿quién consume todos los días gasolina? Nadie. Pero estamos dañando la Tierra en busca de comodidad”. Para él, el cambio verdadero requiere superar el ego y crear alianzas sólidas para la protección de la naturaleza. Finalmente, destacó la importancia de ampliar el programa y valorar los productos amazónicos localmente antes de exportarlos.
Al cierre del panel, Jorge Lopez-Doriga, director global de Comunicaciones y Sostenibilidad del Grupo AJE, invitó a los asistentes a probar las bebidas Amayu como una muestra tangible de los beneficios de la bioeconomía. “Estamos en la nueva era colaborativa, y solo trabajando juntos podemos enfrentar los grandes retos de la humanidad”, afirmó, destacando la importancia de las alianzas para lograr un impacto global en la conservación de la biodiversidad.