Seis en punto. Lima, que se desliza intranquila, es un bucle con una variable predominante: el calor. La única catarsis, previamente, es rediseñar tu tarde-noche después de la jornada laboral, permitirte aterrizar en un bar impermeable a esta violencia solar. Mucho mejor si es un lugar no solo misterioso, sino también dinámico, donde reservar una mesa implica cumplir una serie de instrucciones —como decir la contraseña— para, ya en el tramo final, ser una infusión con la carta de brebajes y el acompañamiento musical con aires de siglo XX.
Ahí tenemos a Sastrería Martínez (Av. Mariscal La Mar 1263, Miraflores), un bar con concepto speakeasy que ya tiene más de dos años, que ya fue galardonado por su buena decoración y que apunta a consolidarse este 2024 entre los mejores del mundo.
“Sastrería es un bar que se inspira en la década de 1920 a los 30, tiempo que duró la prohibición de la venta de alcohol”, nos cuenta el jefe de bar, Mauricio de la Puente, quien, en este contraste de luces y sombras como una pintura de Caravaggio, nos recibe en la barra con un alto grado de camaradería.
“Los speakeasy son bares que están con una fachada de otro negocio. Entonces tú tenías que entrar al negocio, decir una clave secreta, y ahí podías pasar. Esto era para asegurarse que no entraran policías”, agrega Mauricio.
En este universo paralelo, donde los rayos solares son una utopía y donde los secretos parecen desvanecerse conformen salen a flote, tiene un total de 18 cocteles, donde 5 son de la carta 2022 y 13 de la carta 2023. La metamorfosis de esta selección será cambiada en mayo 2024.
Entre los más pedidos están el Blind Pigs, inspirado en el White Russian, y el Remus, inspirado en el Old Fashioned. Sin embargo, De la Puente nos da su consejo para vencer de raíz al verano: “Los cócteles que recomendamos para el verano son los descosidos, propuesta de cócteles no alcohólicos, entre estos el Americano 0.0, mezcla de vermouth, campari y una soda de aguaymanto con camu camu”.
Noche mexicana
El reloj avanza. Ahora nos vamos hasta María Mezcal, bar ubicado en Miraflores (Calle Manuel Bonilla 130, C. Manuel Bonilla 227). Este punto no solo celebra la mixología, sino que también rinde homenaje a los destilados mexicanos. Aquí, el tequila Don Julio se erige como el alma de la fiesta, impregnando cada rincón del lugar con su presencia magnánima. En este rincón las paredes coloridas, las mesas rústicas y el ambiente étnico se conjugan para crear una experiencia auténtica.
La coctelería de María Mezcal es un juego de sabores frescos, coloridos y divertidos, diseñados para enfrentar con valentía el calor limeño. Entre las opciones más refrescantes, destaca el “María la del Barrio”, una reinvención de la clásica margarita, donde el tequila Don Julio se mezcla con licor de naranja, limón, toronja y sal. Para una experiencia única, el “Pinche Tónic” se alza como una elección insuperable.
En esta innovadora lista también hace su aparición El “Mirrey”, hecho con tequila Don Julio Reposado, licor de lychee, sirope de maracuyá, extracto de piña y agua tónica amazónica. Este brebaje se convierte en la joya de la corona para poder transigir la ola de calor.
Ola de frescura
Pero la noche no se detiene ahí. Desde el encanto de María Mezcal, nos dirigimos a La Capitanna en Pueblo Libre (Av. San Martín 1220), una barra marina que es un faro en la escena nocturna.
En La Capitanna, la coctelería es un arte, y este verano se presenta como una oportunidad de innovar y sorprender a los paladares aventureros. Entre las creaciones que se roban el protagonismo, destaca el “Valquiria”, un cóctel refrescante y delicioso que redefine la experiencia de beber. En este elixir, como reza su síntesis publicitaria, cada sorbo es una explosión de sabores exclusivos, diseñados meticulosamente para deleitar y refrescar tu paladar en medio de las cálidas noches limeñas.
Así, en este trío de experiencias, desde Sastrería Martínez hasta María Mezcal y La Capitanna, la coctelería de verano se convierte en un arte, una sinfonía de sabores, colores y texturas que eleva la noche limeña a nuevas alturas y te permite bajarle un par de grados a este bochorno.