PASCO. El sábado 17 de agosto, la comunidad indígena de San Jerónimo, ubicada en el distrito de Villa Rica, provincia de Oxapampa; aplicó su justicia ancestral, conocida como chalanqueo, a un grupo de ingenieros y personas extrañas que intentaron ingresar a sus territorios sin autorización.
Según César Francisco Quinchuya, presidente de la Organización de Pueblos Indígenas Yanesha-Asháninka Tenomar (Opiyat), los comuneros temían que los recién llegados pretendieran ofrecer terrenos de la comunidad a terceros. «Nosotros como organización no estábamos al tanto de estos hechos”, afirmó Francisco en entrevista a Inforegión. «Hemos alertado a nuestros hermanos para proteger nuestras tierras y reforzar nuestras fronteras con nuestras armas ancestrales, la flecha y la kushma”.
Desconfianza en los funcionarios
La situación se agravó cuando el ingeniero Georjet Colina Antazu, acompañado por Glotilde Pacaya y David Chunga, pobladores de Puerto Bermúdez, así como por Hilda Pando Mariano, de la comunidad Séptimo Unido de Santa Fe de Aguachini, llegaron a la comunidad con la intención de tomar posesión del territorio. Afirmaron que su presencia había sido coordinada previamente con los jefes comunales y contaba con el consentimiento de la Dirección Regional Agraria de Pasco (DRAP).
Sin embargo, el líder indígena asegura que ninguno de los jefes locales había sido informado sobre dicha visita. «El ingeniero Colina nos mostró un mensaje del ingeniero Michael, quien supuestamente había coordinado la visita con los jefes, pero esto no fue cierto”, indicó el líder indígena. «Nos preocupó que estuviera trabajando un día libre, lo que nos hizo dudar de sus intenciones.»
El ingeniero Michael Mercedes, responsable de Comunidades Nativas de la DRAP, señalado como el principal responsable de estos hechos, fue quien coordinó la presencia del ingeniero Colina y sus acompañantes en la comunidad. «El ingeniero Michael no solo mintió al decir que había coordinado con los jefes, sino que también actuó sin el consentimiento de la comunidad”, enfatizó Quinchuya. «Por esta razón, decidimos aplicar el chalanqueo a todos los involucrados y también a él».
Respuesta de la comunidad
Ante la falta de transparencia y la sospecha de intenciones ocultas, los comuneros decidieron aplicar el chalanqueo a los cinco individuos que acompañaban al ingeniero Colina. «Les dejamos claro que en nuestras tierras no hay espacio para más invasiones ni para nuevas asociaciones», destacó Francisco Quinchuya. «Esta fue una advertencia, y la próxima vez, la sanción será más fuerte.»
La comunidad de San Jerónimo, junto con otras comunidades de la región, ha reforzado sus medidas de seguridad para prevenir futuras invasiones. Según Opiyat, el problema principal radica en la falta de titulación de sus tierras, lo que deja a las comunidades en una posición vulnerable ante las amenazas de personas externas que buscan apropiarse de sus territorios.
Defensa del territorio y la cultura
«La chalanca, como parte de nuestra cultura yanesha, nos motiva y nos recuerda la importancia de no cometer errores graves”, concluyó el líder. «No permitiremos que se sigan cometiendo injusticias en nuestras tierras”.
Las comunidades afectadas, entre las que se encuentran Alto Purús, San Jerónimo, San Francisco de Azupizu y otras, continúan en alerta máxima para defender sus territorios y asegurar que sus derechos sean respetados.
La Opiyat representa a seis comunidades nativas: San Pedro de Pichanaz, Maccha Bocaz, San Gerónimo, San Francisco de Azupizu, Puellas Yuncullmas, y Palomar. Estas comunidades, ubicadas en la provincia de Oxapampa, están en constante defensa de sus territorios ante amenazas externas y buscan asegurar la titulación de sus tierras.